Don Agustín ha recibido muy amable a Begoña en la ermita, “¡Vaya, estás exultante!”.

En la Iglesia tan solo están la pareja, el cura, Luz, Tasio y la pequeña Julia. Don Agustín comenta que no ve los anillos por ninguna parte. “No he caído”, ha explicado algo nerviosa la enfermera.

Luz rápidamente se ofrece a prestar su alianza para el momento de la ceremonia a Begoña. Eso sí que es una buena amiga.

Y claro, Tasio hace lo propio con Gabriel, ya que es su testigo. “Menos mal que os habéis buscado unos buenos testigos”, comenta el marido de Carmen sonriente.

Hay tormenta y Don Agustín señala: “Empecemos antes de que caiga el diluvio universal”. ¿Será una señal divina?