El hundimiento de bitcoin no tiene freno. En lo que va de mes la criptomoneda principal se deja más de un 25%, y se encamina a registrar su peor desplome mensual desde junio de 2022, cuando retrocedió un 41,07%, sacudida por el colapso de Terra/Luna y un contagio generalizado en el mercado que culminó con la quiebra del exchange FTX de Sam Bankman-Fried. Este viernes ha estado a punto de perder la cota de los 80.000 dólares, aunque, al cierre de los mercados europeos, logra resistir en torno a los 83.000, niveles del pasado abril cuando la furia arancelaria de Donald Trump desató el pánico en los mercados.
Las caídas son generalizadas en el mercado. En los últimos siete días las principales criptomonedas del mercado no escapan de las caídas de doble dígito: bitcoin retrocede un 14%, ether un 15%, XRP se hunde un 17%, mientras solana un 12%. En las últimas 24 horas la presión vendedora se ha intensificado, con otros 2.000 millones de dólares en posiciones apalancadas liquidadas, según datos de CoinGlass recogidos por Bloomberg. Aunque la fuerte fluctuación de precios es típica del mercado cripto, sorprende el cambio de ánimo repentino entre los inversores. “La volatilidad es habitual, pero esta vez destaca la rapidez con la que se ha evaporado la convicción del mercado“, señala el analista Manuel Pinto.
Desde mediados de octubre, se han esfumado alrededor de 1,5 billones de dólares de capitalización total del mercado, que ha caído por debajo de los 3 billones. Y las principales criptomonedas han borrado todas las ganancias del año. Bitcoin retrocede un 11%, ether se deja un 20% y XRP, más de un 9%. Las ventas de los últimos días han acelerado también la sangría de los fondos cotizados de bitcoin: los 12 ETF de la criptomoneda en EE UU registraron salidas netas por 903 millones de dólares el jueves, su segunda mayor salida diaria desde su debut en enero de 2024. Solo iShares Bitcoin Trust de BlackRock (IBIT) perdió 355 millones de dólares, según Coinmarketcap. El pasado jueves ya había registrado retiradas de unos 523 millones de dólares, la mayor salida en un solo día desde su lanzamiento en enero de 2024.
Las ventas masivas en el mercado cripto también están contagiando las acciones vinculadas a los activos digitales: los títulos de Strategy, la empresa de software convertida en la mayor acaparadora de bitcoin, se dejan más de un 40% en el año, y cotizan en niveles de octubre de 2024. Su capitalización ha caído por debajo del valor de bitcoin que posee, una señal de que los inversores ya no están dispuestos a pagar una prima para hacerse con los títulos de la compañía y poniendo en duda el modelo de alto apalancamiento de su fundador, Michael Saylor.
Desde el derrumbe del mercado el pasado 10 de octubre, cuando se evaporaron 19.000 millones de dólares en horas, tras un tuit de Donald Trump, que amenazó con imponer unos aranceles del 100% a China, el mercado no ha levantado cabeza. A esto, se sumó la tensión en los mercados tradicionales por las elevadas valoraciones de las acciones tecnológicas y el miedo a una burbuja de la IA, que ha desatado una ola de aversión al riesgo y puesto en alerta a los inversores, que han optado por recoger beneficio y buscar refugio en activos menos volátiles. Y la incógnita sobre el recorte de tipos de la Reserva Federal alimenta aún más la incertidumbre en el mercado.
Ante el debilitamiento de los flujos hacia los ETF, la venta continua de tenedores a largo plazo y la escasa participación del inversor minorista, varios analistas coinciden en que el mercado cripto ha entrado en un régimen bajista. Así, se pone fin a un año que se esperaba dorado para este mercado: la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca sirvió de impulso a los activos digitales en la primera parte del año, gracias a la postura más abierta de la administración estadounidense, la aprobación de la legislación del sector y el respaldo institucional hacia la industria. Pero el cambio de ánimo de los inversores está modificando el rumbo del mercado.
No es la primera vez que el mercado cripto atraviesa una sacudida de esta magnitud. Si bien las causas detrás de las caídas son diferentes, la herida provocada por el desplome de 2022 sigue viva en la memoria de los inversores. Aquel año las expectativas estaban altas para los criptoactivos: a finales de noviembre de 2021 tocaron máximos históricos de aquel entonces y las grandes gestoras ya analizaban no tanto si tener o no en cartera estos activos, sino cuánto peso debían asignarle. Pero la caída en mayo de 2022 de Terra/Luna, una stablecoin algorítmica que no sobrevivió a la crisis de confianza y que provocó una avalancha de ventas masivas, desató el pánico. Este activo colapsó en tres días, llevándose consigo unos 35.000 millones de euros de inversores, y provocó la quiebra de un buen puñado de plataformas de intercambio de criptoactivos, entre ellas FTX, uno de los mayores fraudes financieros de la historia del sector, que llevó al mercado a caer en un profundo criptoinvierno.
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