De jugar en el Manchester City y ser dirigido por Pep Guardiola a dejarlo todo e irse a la universidad de Oxford para estudiar derecho. Para algunos esta decisión puede resultar una locura, pero para Willhoft-King ya es una realidad. El aburrimiento y la desilusión se apoderaron de la joven promesa cuando todo parecía que iba viento en popa, ya que estaba entrenando con el primer equipo del City. «No sé qué era, quizá el entorno. Yo también me aburro a menudo», explicó el jugador para The Guardian.
Aparentemente, este joven exfutbolista lo tenía todo. Sin embargo, Willhoft-King tomó la decisión de ingresar en Oxford tras aprobar el examen de acceso. «Cuando juegas para el Man City Sub-21, la expectativa es que sigas una carrera», aseguró el inglés, recordando que «no conozco a mucha gente que, cuando llegan a la Sub-21 del Man City, se rinda en ese momento».
El motivo detrás de todo
La gran pregunta a todo esto es clara y es ¿por qué? Hasta «90 personas» le llegaron a preguntar esta cuestión según apunta para el periódico inglés. La respuesta sencilla sería hablar de lesiones y librarse rápido de esta pregunta que tantas vueltas da en la cabeza de sus más cercanos, pero la verdad es que todo comenzó en un momento complicado en el Tottenham, que él mismo describe como una «época bastante oscura».
Su interés por la universidad despertó gracias a un invitado por el club que dio una charla sobre becas universitarias en Estados Unidos, en ese momento algo hizo click en su cabeza. Willhoft-King rechazó ofertas de contrato de los Spurs y aceptó un puesto en UCLA para ser titular en enero de 2025, para compaginar el fútbol y los estudios, pero cuando llegó el City no pudo decir que no. «En ese momento, el plan seguía siendo el profesionalismo y sentía que siempre me arrepentiría si no llegaba al Manchester City», explicó el estudiante.
Entrenar con el primer equipo se convirtió en algo que nadie esperaba con ganas
Willhoft-King
«Entonces… No quiero decir desilusionado, pero te das cuenta de que… bueno, entrenar con el primer equipo se convirtió en algo que nadie esperaba con ganas, curiosamente. Íbamos corriendo tras la pelota como perros durante 60 minutos. No es una experiencia muy agradable, especialmente cuando intentas presionar a De Bruyne, Gündogan o Foden. No puedes acercarte a ellos, así que la sensación de no querer hacer esto supera quedarte deslumbrado, sentenció Willhoft-King.
Un vacío le llenó el pensamiento cuando se paró y miró hacia su futuro y tomó la decisión. Así acabó de explicar la situación el exjugador: «Ganas buen dinero. ¿Pero cuánto lo disfrutaría? En mi cabeza no estaba seguro. Además, en el mejor de los casos: jugarás durante 10, 15 años y después de eso, ¿qué?».