La primera secuencia de ‘Changes’ es una invitación a soltar el móvil como si diera calambre: no, por favor, más walkmans no. Ni cintas de vídeo ni niños en bici ni diademas de aerobic. Ya está bien con los 80; que no estamos en 2010.
Luego, cuando uno se recupera del golpe de cliché y escucha la canción, se relaja un poco: hay que reconocer que la estética del vídeo es coherente con el estilo musical de ‘Changes’, un poco a lo Peter Gabriel o Phil Collins (aunque siga dando pereza).
Siguiendo con Gabriel, la realizadora Charlotte Rutherford parece haberse inspirado en ‘Sledgehammer’, una de las joyas de la historia del videoclip animado. Sobre todo en lo referente a la utilización de la técnica stop-motion combinada con la imagen real. En cuanto al tono, recuerda más al Michel Gondry más juguetón y naif.
Charlie Puth, vestido como recién salido de una película de John Hughes o de la serie ‘Los problemas crecen’, protagoniza una alegre fantasía nostálgico-musical, cuyo referente más reconocible es la comedia ‘Big’ (1988) y su mítica secuencia del “walking piano”. ‘Changes’ se puede ver como la representación de los pensamientos y sensaciones que evoca la escucha de la canción: instrumentos y partituras volando por un cielo azul en sintonía con la ligereza de la melodía pop que está sonando.
El vídeo incluye un guiño final para fans (o para familiares y amigos despistados): la aparición de Brooke Sansone, esposa del cantante, anunciando que está en estado de buena esperanza. El bebé llega en marzo.