Viernes, 21 de noviembre 2025, 15:52
| Actualizado 16:08h.
Alexander Zverev no se escondió. No le gusta la Copa Davis. O mejor dicho, no le gusta este formato de la competición de la Ensaladera. «La verdadera Copa Davis es el ambiente. Jugar contra Italia en Italia sería un atmósfera completamente diferente a jugar contra Italia en España. Jugué contra Nadal en una plaza de toros y eso es para mí la verdadera Copa Davis, no la que estamos viviendo. Es un torneo de exhibición al que llaman Copa Davis», dijo hace unos días el alemán.
No es nuevo, Zverev ha rechazado este nuevo formato desde su introducción en 2019 y solo ha disputado desde entonces las eliminatorias previas para evitar que Alemania bajara escalafones en el tenis mundial. Y si se ha comprometido en esta ocasión es porque es consciente de que a esta generación de jugadores no le quedan muchas más ocasiones de levantar la Ensaladera, un título que los germanos no ganan desde 1993, con Michael Stich como líder.
«Voy a jugar porque mis compañeros de equipo me lo han pedido porque sienten que se están haciendo mayores. Solo nos quedan un par de años para hacerlo con esta formación. Struff ya no tiene muchas más oportunidades. Los jugadores de dobles ya no tienen muchas oportunidades. Voy a jugar solo por esa razón. Para mí, esto no tiene nada que ver con la Copa Davis. La única razón por la que estoy aquí es por este equipo. Sigo diciendo, y seguiré diciendo, que prefiero el antiguo formato», subrayó el tercer mejor jugador del mundo.
Y ahora están a un paso de la final. Los teutones vencieron de forma agónica a Argentina en cuartos de final, en una eliminatoria decidida en el dobles, en un ‘tie break’ del tercer set que se fue hasta el 12-10 y en el que Kevin Krawietz y Tim Puetz salvaron tres puntos de partido antes de abrochar el triunfo y el pase a las primeras semifinales de Alemania desde 1995, con Boris Becker en el equipo.
Una vez lograda la gesta frente a la República Checa, a España se le presenta un desafío incluso mayor. Este sábado (12:00 hora española), el combinado español optará a su primera final desde 2019 y la primera fuera de casa desde que se perdió contra los checos en 2012.
La lógica dicta que David Ferrer confiará en la misma alineación que derrotó a los checos este viernes. Pablo Carreño abrirá la eliminatoria contra Jan-Lennard Struff, mientras que el segundo partido lo jugarán los números uno, Jaume Munar contra Zverev, y si fuera necesario, Marcel Granollers y Pedro Martínez cerrarían el dobles contra Krawietz y Puetz, la sexta mejor pareja del mundo en esta especialidad.
Struff, de 35 años, es también un sacador como Mensik, pero algo menos potente, mucho más inconsistente y que sube mucho a la red. En estas pistas Carreño le ha ganado tres de los cuatro duelos que han jugado, incluido uno en estas mismas circunstancias, cemento bajo techo, pero eso ocurrió hace cinco años. Zverev derrotó a Munar en su precedente más cercano, en los Juegos Olímpicos de París 2024, mientras que cayó contra el balear en el ya lejano Marrakech 2019, sobre tierra batida.
En cuanto a Granollers, tiene un registro impoluto contra Krawietz y Puetz cuando hace pareja con el argentino Horacio Zeballos. Ha vencido a los alemanes en cuatro ocasiones, dos en Wimbledon (2023 y 2024), en la final del Masters 1000 de Madrid este año y en las recientes Finales ATP de Turín.
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