MADRID, 20/11/2025.- Las actrices Ariana Grande (i), en el papel de Glinda, y Cynthia Erivo como Elphaba, en una escena de ‘Wicked: Parte II’. EFE/ Giles Keyte/Universal Pictures SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)
Foto: Giles Keyte (Universal Pictures)

La guerra entre el rosa y el verde vuelve a los cines. Wicked: parte II, la esperadísima secuela del fenómeno musical, ha aterrizado este viernes en las pantallas. Es el cierre de una historia que forma parte del imaginario estadounidense… y que ahora busca conquistar al público global.

La película retoma la historia donde terminó la primera:

  • Oz está gobernado por un dirigente embustero y xenófobo que manipula la realidad con mentiras.
  • En ese escenario, todos deben escoger un bando: Elphaba y Glinda, que se ven obligadas a desafiar un sistema que usa propaganda y miedo para controlar a la población.

¿Es solo un musical? No. Aunque visualmente es un festín, la película funciona como una alegoría sobre el poder, la verdad y la manipulación. La fantasía sirve para hablar de temas muy actuales sin perder la ligereza del musical.

¿Respeta el legado de El mago de Oz? Sí, pero sin imitarlo. Los guiños al clásico llegan en detalles como el tornado o el León Cobarde.

¿Cuál es el mensaje final? Más allá de su aparato visual y de sus múltiples interpretaciones políticas, Wicked: parte II se construye sobre la relación entre dos mujeres opuestas que transforman su destino a través de su vínculo.

©Foto: Giles Keyte (Universal Pictures)

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