Gastronomía, ocio y naturaleza se funden en el restaurante Hoyo 10, en La Loma Golf, situado en la carretera de Trassierra en la zona de la Albaida y Patriarca. Como sucede en la práctica de ese deporte, la excelencia habita en los detalles.
La amplia terraza tiene en parte vistas a la Sierra y al verdor del campo, al igual que desde el interior, muy diáfano, con decoración que exhibe algunos palos de golf en sintonía con todo el entorno.
En Navidad habrá menús especiales y es un lugar disponible también para las celebraciones de todo tipo, como primeras comuniones y bodas, con la instalación de una carpa grande para albergar a un público más numeroso.
Debe su nombre al campo de golf, que posee un total de nueve hoyos. El décimo, de parada obligada, es esta ventana abierta al sabor. La filosofía del restaurante es su versatilidad para adaptarse al ambiente familiar, dado el enclave en que está, un club deportivo.
«Lo que nos interesa es dar un muy buen producto, con la calidad más alta en cada uno de los platos que servimos, a un precio absolutamente razonable», explica Karin Ericsson, jefa de cocina de Hoyo 10.
La selección varía algo todas las semanas y siempre hay un postre nuevo cada siete días para aportar cambios a sus clientes más asiduos y que todo el mundo encuentre su plato más apropiado y se encuentre a gusto.
Todo lo que se ofrece es de elaboración casera, como las croquetas de muchos sabores entre las que reinan las de jamón ibérico, y las de calamar en su tinta con alioli. También da entrada a las croquetas de zamburiñas, de vieiras, mejillones, de rabo de toro, siempre en constante cambio.



Detalles
En la fotografía superior, el interior del restaurante y sus vistas. Debajo a la Izquierda, una de los ventanales y el paisaje. A la derecha, palos de golf exhibidos
Valerio Merino
En la carta «todo es fácil de comer», indica Ericcson: ofrece choco, las supremas de bacalao frito, langostinos que están acevichados con salsa de azafrán (porque ella es de origen peruano y da ciertos toques suyos).
En esta enumeración cita los rollitos de queso, como los típicos de Colombia, con cilantro y guacamole casero, la ensaladilla de gambas, la presa ibérica, churrasco, solomillo, a veces al Pedro Ximénez, una moussaka de rabo de toro, el lomo de bacalao con base de patata a la panadera y pimientos a la leña, y el entrecot con patatas baby y cebollitas francesas.
Choco, supremas de bacalao frito, presa ibérica, solomillo y ricos postres, en la carta
Entre las hamburguesas habituales, la llamada Hoyo 10, lleva ternera angus, chedar, tomate y salsa kimchi; y la hamburguesa trufada, con cecina crujiente. El serranito Hoyo 10, con lomo de orza, jamón ibérico y pimientos tampoco está mal para reponerse después de lograr un ‘birdie’ en el campo.
Fuera de carta, por ejemplo, va rotando la tosta de hummus con sardina ahumada, el carpacho de portobello con boquerones en vinagre y lima, y el codillo glaseado de naranja al horno.
En los postres, el blondie, que es como un brownie rubio, sin cacao, hecho con muchísimos frutos secos y con una salsa de caramelo salado y un helado de café que va por encima. La tarta muerte por chocolate y la tarta de higos, que mezcla tres quesos con una base de compota de higos, son otrsa opciones.
Pero aún hay más, con las catas de vino y los maridajes que ofrecen para degustar, aprender y disfrutar de ese mundo. Finca Buytrón y Hoyo 10 se unen en una colaboración que va a ofrecer catas guiadas por Rocío Márquez, enóloga y propietaria de Finca Buytrón.
La primera fecha de una serie de experiencias entre éste y el próximo año está fijada para el jueves 27 de noviembre, con aforo limitado previa reserva telefónica. Cada vino se da a probar con un plato acorde con sus particularidades.
En otoño-invierno Hoyo 10 abre todos los días de nueve de la mañana a diez de la noche. Los viernes, sábados y vísperas de festivos sirve las cenas además.