La aparición de un enigmático “huevo de oro” en aguas profundas frente a Alaska, detectado por un equipo de NOAA Ocean Exploration durante una inmersión científica, ha despertado un notable interés por su posible origen biológico. La esfera, hallada a más de 3.300 metros, ha sido descrita como un objeto singular que podría revelar nuevos datos sobre la biodiversidad oculta en los abismos.

Los especialistas localizaron esta estructura dorada adherida con firmeza a una roca cubierta de esponjas blancas, con un diámetro aproximado de 10 centímetros. El orificio visible en su superficie generó las primeras dudas, ya que, según los investigadores, “algo intentó entrar o salir”, lo que sugiere un comportamiento asociado a la reproducción de especies desconocidas.

Un misterio biológico

Durante la retransmisión de la inmersión, los técnicos debatieron sobre la naturaleza del hallazgo. Algunos plantearon que podía corresponder a un huevo de una especie todavía sin catalogar, mientras que otros consideraron la posibilidad de que fuera el vestigio de una esponja o un coral. La textura blanda y la ausencia de rasgos anatómicos visibles reforzaron la hipótesis de un origen orgánico.

Los investigadores decidieron llevarse el posible huevo (NOAA Ocean Exploration/Seascape Alaska)

La ecóloga marina Kerry Howell, de la Universidad de Plymouth, declaró en The Guardian que la forma y consistencia del objeto sugieren un material vivo, aunque reconoció que no se asemeja a ningún huevo conocido. La especialista subrayó además que su tamaño supera lo habitual en animales que depositan huevos grandes, lo que alimenta el enigma sobre la identidad de la especie implicada.

Análisis en profundidad

Para garantizar la recuperación de la muestra, el vehículo remoto tocó suavemente su superficie antes de aspirarla por completo con un sistema capaz de manipular materiales frágiles. El objeto fue trasladado al laboratorio del buque Okeanos Explorer, donde continúa bajo estudio detallado con el objetivo de determinar su verdadera naturaleza.

Un investigador muestra el posible huevo en el laboratorio (NOAA Ocean Exploration/Seascape Alaska)

Las estimaciones señalan que únicamente el 0,001% del fondo marino ha sido observado visualmente, a pesar de constituir la mayor parte del ecosistema del planeta. Cada nueva expedición confirma cuánto desconocimiento existe sobre los organismos que habitan en estas zonas extremas.

El coordinador de la misión, Sam Candio, afirmó que este descubrimiento muestra “lo extrañamente maravilloso que es el océano profundo” y admitió que, aunque la muestra ya está bajo análisis, su clasificación continúa siendo un desafío. El llamado “huevo de oro” podría ofrecer pistas valiosas sobre estrategias reproductivas aún no documentadas y sobre especies que permanecen fuera del alcance de la ciencia.