En cosa de una semana, la Selección española de tenis ha vivido todo tipo de sensaciones. Incertidumbre el lunes, cuando Carlos Alcaraz se unió a la concentración en Bolonia con molestias físicas; el martes, dolor por la confirmación de la renuncia del número uno del mundo; angustia el jueves después de que Chequia se llevase el primer punto y dejase a la Armada al borde del abismo; y, sobre todo, ilusión, fe, confianza y determinación de ahí en adelante. Poco a poco, partido a partido, punto a punto, España fue avanzando en la Copa Davis, desoyendo todos los pronósticos que hablaban de un temprano adiós de un equipo que no conoce lo que es bajar los brazos. Por el camino cayeron Chequia y Alemania, dos cocos, y la Selección podrá terminar una semana intensa como pocas en pista, compitiendo como nadie lo hace, luchando por una meta tan seductora como es la posibilidad de levantar la séptima Ensaladera en la historia del tenis nacional. Solo Italia puede impedir este domingo (15:00, M+) que los de David Ferrer pongan la guinda a unos días fantásticos, tanto por lo vivido como por una gesta que ellos mismos se han encargado de transformarla de improbable a realidad.

Con lo acontecido en esta Davis, ya se puede afirmar que Italia y España han copado prácticamente todas las grandes finales de este año, con una única excepción, aunque esta vez los protagonistas son distintos. Jannik Sinner y Carlos Alcaraz se enfrentaron en tres finales de Grand Slam (el español falló en la de Australia, sustituido por Alexander Zverev) y en las ATP Finals, y ahora serán sus naciones las que se midan por el título de una cita en la que ambos son, precisamente, las grandes ausencias. Sin los número uno y dos del mundo, los países mediterráneos exportarán su rivalidad con la Ensaladera en juego en la Fiera di Bologna, que por supuesto estará volcada con los anfitriones, ganadores de las dos últimas ediciones y que aspiran a ser el primer país que firma el hat-trick desde que la Davis entró en su era moderna en 1971.

Lo curioso del enfrentamiento es que las dos selecciones, entre las cuales el cara a cara es de 7-6 favorable a Italia (aunque no se enfrentan desde 2006), no tienen en sus filas a sus dos mejores raquetas por ranking. En España, además de Alcaraz, tampoco está presente Alejandro Davidovich, que no estuvo dispuesto a ser el quinto y último convocado por Ferrer. En Italia, a la renuncia de Sinner, que antepuso alargar sus vacaciones y poder preparar mejor la pretemporada, se sumó la de Lorenzo Musetti, octavo del ranking que acabó fundido las ATP Finals. En el año en el que por fin la Davis llegaba a Italia, los locales se vieron enormemente debilitados, aunque su equipo ‘B’ anda evidenciando que el fondo de armario de los transalpinos es gigantesco. Algo similar a lo que sucede en la Armada, que sin su gran referente se ha hecho fuerte como bloque, apelando a la unidad del equipo y desbordando confianza en todos sus integrantes.

En Bolonia, los transalpinos, capitaneados por Filippo Volandri, están en la final sin haber perdido un partido: resolvieron con 2-0 sus dos eliminatorias esta semana, en las que solo se les escapó un set. Cierto es que sus rivales fueron Austria y Bélgica, las dos cenicientas de la edición, pero el dominio italiano resulta, hasta el momento, incontestable. Sin Sinner ni Musetti, Flavio Cobolli, 22º mundial, hace las de número uno con éxito, y suya será la tarea de medirse hoy con un Munar que le ganó este año en Shanghái. El joven sentenció las dos eliminatorias para los suyos, y mucho mérito tuvo su victoria ante Zizou Bergs, al que abatió en el tie-break del tercer set después de salvar siete bolas de partido. Antes, Matteo Berrettini, que lleva 10 triunfos seguidos en individual de la Davis, abrirá ante Carreño (balance de 1-1), que es consciente de la racha de su rival, y el dobles de Andrea Vavassori y Simone Bolelli, inédito de momento, es otra gran punta de lanza de una Italia ‘B’ que también asusta.

España, como viene pasando esta semana en el norte de Italia, no le teme a absolutamente nada. Ni a su rival, a la vista está después de poder con Chequia y Alemania, y ni siquiera al hostil ambiente que se encontrarán en la Fiera di Bologna. “Esto es algo que ya hicimos en Mar del Plata, jugamos fuera, todo en nuestra contra, y conseguimos ganar. Por qué no. Es un gran reto para ellos, una gran oportunidad. No lo tomo como algo malo, es bueno. Jugar fuera, el público en contra y ese ambiente, ya no lo puedo disfrutar. Están preparados, habrá momentos difíciles, pero tendremos nuestras opciones. No cambia la forma de prepararlo porque los jugadores están preparados. Lo veo como un gran reto, algo que será bonito, una oportunidad para reivindicarse. Ya lo han hecho. A partir de ahí, lo que venga…”, explicó Ferrer, tres veces campeón de la Davis como jugador y que ahora puede serlo también como capitán. Su vaticinio es claro: “Puede ser un gran día”. Ojalá lo sea.

Noticias relacionadasFerrer: “Mañana puede ser un gran día para España”España derrota a Alemania en el dobles y se mete en la final

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.

¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí