El tiempo se agota. El mecanismo del reloj de Alejandro Arribas está llegando al límite a la espera de que Duino Inversiones acepte el pacto … de compraventa por el FC Cartagena y la totalidad de las acciones pase a mano de Cortadone Inversiones SL, una firma cuyo administrador único es el exfutbolista madrileño. Mientras, Paco Belmonte no está poniendo ningún impedimento para que la negociación llegue a buen puerto y pueda, por fin, echarse a un lado y dejar presidir a Arribas.

  • Moreno
    Quiere recuperar lo invertido en el Efesé y el compromiso del comprador de que es viable que se le devuelvan los 2,7 millones.

  • Belmonte
    Firmó lo pactado y se despidió del club; ha tenido que volver a dar la cara y está entre la espada y la pared.

  • Arribas
    Está a punto de arrojar la toalla. Quiere que el importe del último pago, el que corresponde a Moreno, se reduzca en base a las deudas que tenga que hacer frente.

Lo que está claro es que, con o sin venta, el Cartagena tiene una elevada cantidad de deudas, a las que tienen que empezar a hacerle frente para que la bola de los problemas económicos no se haga más grande y, cuando se quiera remediar, sea ya tarde. De momento, el club está descapitaneado y apenas Belmonte hace frente a algunas gestiones en la sombra. Sánchez Breis y Sívori se despidieron y ya no han vuelto a mirar atrás.

La crispación en la grada es total. Están viendo cómo las heridas de su equipo no se están subsanando y protestan para que Duino se largue de una vez de las oficinas del Cartagonova. La última palabra la tiene la parte vendedora y tendrá que tomar una decisión pronto porque la paciencia de Arribas está llegando al límite.

El poder en la sombra

Felipe Moreno tiene una estrecha colaboración con Fernando Carreño, titular de la empresa Duino Inversiones, poseedora del 85% de las acciones del FC Cartagena. Todas las miradas están puestas en él porque, a título personal, prestó a la entidad albinegra 2’5 millones de euros, una cantidad que está siendo el punto clave para que la operación se desatasque.

A julio de este año, ese importe ascendió a 2.752.000 de euros por los intereses y tiene que ser devuelto al presidente del Real Murcia antes del 30 de mayo de 2027. Arribas asegura que puede hacer frente a ese cargo con la garantía de avales, pero quiere que esa cifra se reduzca a costa de las deudas del club heredadas de la administración Belmonte que se encuentre, si finalmente llega a ser el propietario, y que tenga que hacer frente de su bolsillo. Veremos si Moreno está de acuerdo en este punto del contrato y, finalmente, Arribas se convierte en el propietario al 100% del Efesé.

Una firma y un adiós estéril

El todavía presidente del Cartagena es el actor menos trascendental de los tres. A finales de la semana pasada, con el ‘ok’ de Duino a la compraventa, tenía que ultimar los flecos contractuales con Alejandro Arribas y podría poner fin a su etapa albinegra. De nuevo, Duino dio marcha atrás a la operación. Ya sin Breis ni Sívori, sus hombres de confianza, es el único que ha asumido en las últimas semanas la gestión en la sombra. Además, habló con la plantilla antes del partido contra el Teruel para decirles que las nóminas se seguirán pagando.

Un comprador con la paciencia al límite

Está deseando que haya acuerdo y ponerse a trabajar. En estos meses ya ha aportado a las arcas del Cartagena cerca de 1’6 millones de euros y se comprometió a pagar ya los 1.174.000 de euros, que tenía que pagar en dos plazos a partes iguales en marzo del 2026 y en marzo del 2027, para convertirse en el nuevo dueño. Solo quiere que las deudas a las que tenga que hacerle frente de los anteriores gestores se vean reflejadas en el pago final de 2,7 millones a Moreno.

Entre las obligaciones financieras atrasadas, el círculo del exfutbolista apunta a cerca de 4 millones de euros, están los 800.000 euros que la SAD le debe a Hacienda y a la Seguridad Social, que le impide ingresar los derechos televisivos por parte de la RFEF. Además de los atrasos a proveedores, negociar con la media docena de acreedores que han embargado al club y los 180.000 euros que tienen que pagarle a Ríos Reina en un plazo de cinco meses.

  1. Víctor Alonso: Un papel secundario con nula participación y a la espera de nuevos acontecimientos

Uno de los daños colaterales de la ruptura de las negociaciones entre Duino y Arribas fue la dimisión de su cargo de Víctor Alonso, el que llegaba al Cartagonova con el cartel de nuevo director general del club. Hasta ese momento y desde el mes de julio, pese a que la propiedad del club no había cambiado de manos. Era una de esas medidas de la famosa transición ordenada que se anunció en el primer comunicado.

Alonso estuvo durante tres meses inmerso en los despachos albinegros, junto a Arribas, para empezar a adelantar el trabajo que se le venía encima. Sus funciones durante este tiempo estuvieron opacadas por las decisiones de Paco Belmonte, que era el que tenía el mazo para determinar la acción que se iba a llevar a cabo. Además, pese a que en el comunicado de su salida de la entidad albinegra le apropiaban el cargo de director general del Efesé, nunca fue nombrado como tal durante estos meses. El Consejo de Administración lo seguían formando Belmonte, su hermano Mariano y Breis.

Hizo un amago de salir, pero el apretón a finales de octubre para cerrar el trato le hizo aguantar, pero el volantazo en las negociaciones de Duino fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Víctor Alonso.

El madrileño tomaba la decisión de marcharse porque reconocía que sin un acuerdo por la propiedad del club le era imposible actuar de la manera que a él le parecía que había que hacerlo.

Ahora está a la espera de que el acuerdo llegue a buen puerto y Cortadone Inversiones SL sea la nueva propiedad del Efesé. Si llega ese momento, Alonso volvería a los despachos del Cartagonova para trabajar junto a Arribas y a Javier Hernández, que todo apunta a que será el nuevo director deportivo del Cartagena.

Si la venta se cierra pronto, los deberes más urgentes que tiene que realizar serán los de conseguir una inyección económica que haga frente a las deudas del club con Hacienda, la Seguridad Social, los proveedores y la media docena de embargos. Además, tendrán que pagar las nóminas de la plantilla y del cuerpo técnico.

Por otro lado, las entradas del duelo copero frente al Valencia y las del derbi regional frente al Real Murcia, que supondrían un chute económico para las arcas del club todavía no han salido a la venta.