Hugo Toro, Premio AD 2025 al Interiorista del Año; Kengo Kuma, Premio AD 2025 al Arquitecto del Año; Sabine Marcelis, Premio AD 2025 a la Diseñadora del Año; y Maite Sebastiá, Head of Editorial Content AD España.Foto: Diego Martínez
La noche del 21 de noviembre dejó una estampa inolvidable en la Casa de la Arquitectura, donde los Premios AD 2025 celebraron a algunas de las voces más influyentes del diseño y la cultura. Kengo Kuma, Sabine Marcelis, Hugo Toro, Elsa Urquijo y el Museo del Prado recibieron sus galardones en una sala llena de talento y complicidades. Roca e IQOS respaldaron la velada: Isern Serra, junto a Roca, presentó el trofeo de madera tallada, mientras que IQOS mostró su edición limitada con Seletti. Entre los momentos más destacados, el emotivo homenaje de Norman Foster a Miguel Falomir y la conversación distendida entre Foster y Kuma antes del acto.
Pero si la noche tuvo luz propia fue también por las miradas que la hicieron posible: las del jurado, ocho voluntades visionarias capaces de leer el futuro en la materia, el espacio y la emoción. Ellos son Luis Laplace, Lázaro Rosa-Violán, Soledad Lorenzo, Casa Josephine, Rosario Nadal, Manuel Segade, Iñaqui Carnicero y Maite Sebastiá, que han guiado esta edición hacia un equilibrio entre rigor, sensibilidad y celebración. Bajo ese cruce de miradas, los Premios AD 2025 no fueron solo una gala: fueron un relato compartido, un instante en el que la arquitectura, el arte y el diseño parecieron hablar un mismo idioma.
Así brillaron los Premios AD 2025, una noche para recordar en la Casa de la Arquitectura: