El fulminante despido de Alessandro Lequio (65 años) de Mediaset España después de casi 30 años en la cadena está copando todos los titulares de la prensa.
El italiano se ha quedado sin trabajo en plena edad de jubilación y tras una vida dedicada a la televisión. Tras ser cesado por la empresa de Fuencarral, el pasado miércoles 19 de noviembre, su futuro laboral se ve obligado a un forzoso parón.
Ahora se apoya más que nunca en su círculo más cercano: su mujer María Palacios (47), y la hija que tienen en común, Ginevra Ena (9). Ambas han sido su principal motivación, sobre todo a raíz de la muerte de Aless, el hijo que tuvo con Ana Obregón (70), fallecido el 13 de marzo de 2020 como consecuencia de un sarcoma de Ewing,
Pero su destitución laboral y el fallecimiento de Álex no son los únicos pesares a los que el aristócrata ha tenido que hacer frente. A su extensa trayectoria vital se suma una dolorosa realidad: lleva años sin hablarse con su primogénito, Clemente (37), fruto de su matrimonio con Antonia Dell’Atte (65).


Antonia Dell’Atte y Clemente Lequio en un evento en 2014.
Gtres.
La separación de Lequio y Dell’Atte
Como sucede a tantas familias, más aún tras separaciones traumáticas, -como lo fue la de Lequio y su primera esposa-, hay cismas entre parientes que difícilmente encuentran solución.
Es el caso de Lequio y su primogénito. La relación entre ellos se ha distanciado hasta tal punto que no se dirigen la palabra. Apenas se ven. Y la comunicación entre ellos brilla por su ausencia.
El origen del conflicto viene de lejos. Habría que remontarse a la separación del romano con Antonia Dell’Atte. Corría el año 1991 cuando la pareja se separó, tan solo tres años después de haber celebrado su boda.
Clemente, nacido en Turín (Italia) el 2 de abril de 1988, contaba entonces con apenas tres años. Demasiado pequeño, pues, para conocer el porqué de las desavenencias entre sus padres.
La exmodelo y musa de Giorgio Armani, instalada en España, no tardó en hacer todo tipo de declaraciones en los medios contra Lequio y su pareja tras la ruptura: Ana Obregón.
Ambos se habían conocido tiempo atrás, cuando estaban con sus respectivas parejas. La actriz y bióloga se encontraba en Roma rodando el telefilme Sound, con Peter Fonda.
Una noche, cenando con sus compañeros de reparto en el mítico restaurante Nino’s, coincidió con el matrimonio Lequio. Ese fue el primer encuentro entre Alessandro y Ana. Cada uno continuó su vida. Él con Antonia. Ella, con el jugador de baloncesto Fernando Martín, fallecido en un accidente de tráfico en 1989.
Tiempo después, el destino volvió a cruzar sus caminos. Lequio fue destinado a España como ejecutivo de la empresa automovilística Fiat. Y se topó, una vez más, con la presentadora más célebre de la televisión en nuestro país.

Alessandro Lequio y Antonia Dell’ate
Archivo.
Una guerra familiar
Las fotografías de ellos juntos, publicadas en una revista en enero de 1991, hicieron trizas el vínculo entre Lequio y Dell’Atte. Fue el germen del eterno conflicto mediático entre Ana Obregón y la italiana.
Esta, despechada, acusó a la artista de haber roto su matrimonio. Obregón siempre se defendió: «Yo no he roto nada que no estuviera roto antes».
Antonia Dell’Atte empezó así una concatenación de ataques contra Lequio. También lo denunció públicamente por malos tratos durante su matrimonio y tras la separación.
Contó que sufrió agresiones que le dejaron secuelas físicas y emocionales, así como amenazas e insultos reiterados por parte de Lequio.
El pasado 11 de octubre, en una entrevista con El País, destapó, entre otras cosas, que «me dio la primera patada en el embarazo» o «me decía que iba a destruir mi nariz».
En el pasado, Dell’Atte llegó a presentar denuncias por violencia de género en los juzgados italianos. Pero retiró la denuncia oficial en Italia por la presión mediática. A pesar de ello, durante décadas se ha mantenido siempre fiel a su relato. Jamás cambió su versión.
Clemente, a favor de su madre
En 1999, Lequio reconoció una vez en Tómbola «haber dado bofetones a las mujeres». Intentó restarles gravedad definiéndolos como «bofetones light». Sus confesiones no lo han dejado en buen lugar.
En la guerra sin tregua entre sus padres, Clemente Lequio ha procurado mantener una postura reservada. Siendo apenas un niño no tenía la madurez necesaria para comprender qué sucedía.
Una vez que se convirtió en un hombre adulto, optó por posicionarse del lado de su madre. Y ha defendido la veracidad de las acusaciones: «Mi madre jamás ha mentido».
«Estoy en contra de los malos tratos, del bullying y de cualquier forma de abuso, por eso mi madre tiene mi total apoyo», ha confesado en una de sus escasas declaraciones a los medios.
Casado y afincado en Miami
A sus 37 años, Clemente Lequio lleva tiempo alejado de enfrentamientos mediáticos. Actualmente vive en Miami (Estados Unidos), donde trabaja en el sector de la hostelería.
En Florida, el hijo mayor del italiano realiza labores como camarero en mansiones de lujo y hoteles. Poco o nada le interesa el universo mediático en el que se desenvuelven sus progenitores. Ni le atrae la fama ni la ha buscado nunca.
Formado en Ciencias Políticas, en el continente americano ha tenido experiencia como DJ, compositor de música electrónica y diseñador. Allí, su máxima prioridad es su vida familiar y su trabajo.
Está casado con Corbie Gregory, gerente en el Nobu Hotel Miami Beach, con quien contrajo matrimonio de forma íntima en 2020. Y aunque tiene un perfil público de Instagram, donde lo siguen más de 37.000 usuarios, suele ser cauto y medido a la hora de compartir contenido personal.
La suya es una vida de discreción y perfil bajo, radicalmente opuesta a la de sus padres.
Padre e hijo, distanciados
A pesar de la férrea postura de Clemente respecto a su madre, Lequio ha intentado por todos los medios que la relación con su hijo fuese lo más fluida posible. Estrecha y cercana. Es lo que le gustaría. Muy a su pesar, solo en contadas ocasiones ha conseguido tener alguna aproximación.
Una de esas veces fue en su boda con María Palacios, celebrada el 15 de noviembre de 2008 en el monasterio de Santa María la Real de Sacramenia, en Segovia. Lequio anhelaba una foto con sus dos hijos, Aless y Clemente. Pero esa estampa, al menos de cara a los medios, nunca se produjo.
Sí hubo un tiempo en el que Aless y su hermano Clemente dejaron al margen los conflictos entre sus respectivas madres y tuvieron un acercamiento. De ello dio fe el hijo de la bióloga en sus redes sociales. No se veían mucho, pero la sangre tira. Se querían.
La última vez que Alessandro Lequio compartió una foto junto a su hijo Clemente fue hace más de dos años, el 31 de enero de 2023.
Basta con echar un vistazo a su feed en Instagram, repleto de instantáneas junto a Aless, para percatarse de la ausencia casi total de Clemente en sus redes sociales.
Cuesta dar con un retrato en el que aparezcan juntos, felices, abrazados o disfrutando de pequeños detalles cotidianos… como sí constan (por montones) junto a Aless. Una evidencia de cuán fragmentado, frágil y prácticamente nulo, es el vínculo entre ellos.