A veces, el cine moderno se empeña en ir con prisas, como si darle al espectador un respiro fuera pecado mortal. Pero hay directores que pasan olímpicamente de esa tendencia y se marcan sus propias reglas, recuperando gestos que parecían enterrados en la historia del cine. Uno de ellos, cómo no, es Ridley Scott, que decidió que su gran epopeya medieval merecía algo más que un simple revisionado.

Un recurso que ha caído en el olvido

El aclamado director no se quedó corto con su versión extendida de ‘El reino de los cielos‘: la visión que él imaginó era mucho más épica, densa y fiel a su propia ambición, y lo demostró hasta con un guiño al cine clásico, al introducir un intermedio de tres minutos en mitad de la película.

En un artículo de opinión por el analista Dylan Moses Griffin, éste reivindica que dicha edición extendida debería ser la versión «que siempre debió haber salido». Según él, la versión cinematográfica que vio la luz en 2005 fue un híbrido descafeinado, producto de los recortes impuestos por 20th Century Fox, que obligaron a Scott a podar unos 45 minutos de metraje.


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En cambio, la versión «roadshow» del director, con sus casi 194 minutos, devuelve no solo trama perdida, sino también subtextos morales, personajes más complejos y una estructura que remite a los grandes épicos del Hollywood de antes.

Lo más llamativo es precisamente ese intermedio de tres minutos que aparece aproximadamente a mitad de la película: una pausa pensada para dejar respirar al espectador, como un entreacto teatral. Durante ese momento se proyecta una imagen de Balian sentado junto a sus compañeros cruzados después de una batalla, acompañada por una composición musical especial

El porque esos intermedios se han vuelto tan escasos hoy en día, incluso en producciones súper largas no tiene una respuesta concreta: pero tiene que ver con los cambios en cómo se consume el cine y con la presión comercial. Actualmente, muchas productoras prefieren maximizar el número de sesiones por día en los cines, porque cada pausa intermedia reduce las proyecciones posibles

Además, la tecnología ya no exige la misma estructura teatral: con el streaming y las plataformas digitales, el público se ha acostumbrado a ver películas de gran duración sin descanso. Un artículo reciente de El País señala que aunque los intermedios están empezando a reaparecer tímidamente en algunas películas, aún chocan con la programación moderna y con la mentalidad de «cuantas más proyecciones, mejor».

Así que sí: Scott no solo recuperó las piezas que faltaban de su película, sino que se permitió rendir tributo a un cine más tradicional. Ese intermedio de tres minutos no es un capricho nostálgico, sino una declaración de intenciones. En su versión extendida, ‘El reino de los cielos’ no es solo una epopeya medieval, sino un evento cinematográfico con alma de clasicazo.

Por eso muchos fans y críticos defienden esta versión como la auténtica, la que realmente merecía ver la luz desde el principio.

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