
El actor y director de teatro habla con cariño de la intérprete, que falleció el pasado agosto a los 42 años a consecuencia del cáncer que padecía
Domingo, 23 de noviembre 2025, 18:48
El fallecimeinto de la actriz Verónica Echegui falleció hace aproximadamente tres meses dejó totalmente conmocionado al mundo del cine. La intérprete madrileña de 42 años llevaba varios días ingresada en el hospital 12 de Octubre a consecuencia del cáncer que padecía.
Desde su muerte, los mensajes de cariño, homenajes y reconocimientos en redes sociales no han parado. Uno de los últimos que se ha acordado de los años de amistad junto a la actriz ha sido Sergio Peris-Mencheta. El intérprete y director teatral fue diagnosticado con una leucemia en 2023 y, tras pasar por un tratamiento que incluyó un trasplante de médula ósea de su hermano, la enfermedad ha remitido aunque aún enfrenta secuelas. Recientemente ha publicado en su perfil de Instagram una foto de Echegui «que le robé hace unos años en Los Ángeles». Según cuenta, lleva unos días «teniendo muy presente a Vero».
«Me vienen los recuerdos de ella siempre saliéndose de ‘lo común’. Siempre riendo, siempre con la risa por bandera. Es la escena que tengo de ella. No la fantaseo ‘correctita’, vaya», escribe. «Hasta en los photocalls no posaba, jugaba en otra liga, daba la sensación de estar pensando: «no os toméis esto tan en serio, que en 100 años todos calvos». Y esa manera de mirar, como con una mira telescópica detrás de la cual se imaginaba un país de las maravillas», añade.
El autor del libro ‘730 días’, en el que narra su batalla médica y emocional contra el cáncer, asegura que es como si Verónica «hubiera venido a este mundo solo a recordar de qué iba esto de vivir, y a reírse un poco de la seriedad, de las preocupaciones, de los estreses…», cuenta. Ambos actores compartían un vínculo muy fuerte, unido a su amor por el mundo del cine y el teatro.
«La Echegui era el paradigma de las ganas de vivir sin cortapisas. No me la imagino en un ascensor teniendo una conversación de ascensor. Me la imagino entrando a saco siempre. Con ella siempre se rompía la rutina, y aparecía la vida, carajo. Era una sorpresa continua. Con ella se escacharraba lo ordinario. Como si hubiera venido a este mundo a exprimir al máximo los 40 años que iba a vivir», añade.
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