Con apenas 110 m² interiores y terrazas que se abren al paisaje, Casa Menorca es un refugio sereno donde la arquitectura respira con la luz, el mar y la piedra. «No hay una frontera clara entre interior y exterior: las aberturas enmarcan el paisaje como cuadros, y la luz, el viento y el sonido del mar son parte de la experiencia cotidiana», explican sus propietarios y diseñadores, Juan Peralta y Mauricio Obarrio, fundadores de la firma de luminarias y mobiliario CONTAIN Studio. Con el lenguaje honesto que les caracteriza han cuidado cada detalle de esta vivienda ubicada entre los pinos y los acantilados de Cala Morell, conservando el carácter mediterráneo. «Es una zona que conserva la arquitectura blanca y orgánica típica de la isla, con construcciones integradas en la montaña y una escala muy humana», nos explican. En este entorno, la reforma partió de una premisa clara: escuchar el entorno antes de intervenir.
«El principal criterio fue la honestidad. No queríamos imponer una estética, sino escuchar el lugar. El paisaje de Cala Morell tiene una fuerza natural que no necesita competencia: el mar, la roca, la luz cambiante. Nuestro trabajo fue más de acompañamiento que de protagonismo. Elegimos materiales que dialogaran con el entorno —piedra natural, madera sin tratar, latón envejecido— y una paleta que reflejara los tonos del Mediterráneo: blancos, arenas, ocres y la luz dorada del atardecer», aseguran los diseñadores. Además, para conservar la esencia de la vivienda se mantuvo el gotelé original, y se recuperaron azulejos antiguos.