La fragilidad económica que atraviesan millones de familias en España no es coyuntural, sino estructural. Así lo sostiene el economista Santiago Niño Becerra, quien ha vuelto a poner el foco en la situación de la clase media tras compartir una reflexión en su perfil en la red social X. Su mensaje vuelve a abrir el debate sobre el deterioro de este estrato social, históricamente considerado clave para el equilibrio económico del país.
Estancamiento salarial y pérdida de poder adquisitivo
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman el estancamiento que viven los trabajadores en España. El salario más habitual en el país apenas ha variado en la última década y se sitúa en 15.575 euros brutos al año, una cifra muy cercana al Salario Mínimo Interprofesional. Al mismo tiempo, la inflación en bienes esenciales y el fuerte incremento del precio de la vivienda —tanto en compra como en alquiler— continúan reduciendo el margen económico del ciudadano medio.
La combinación de estos factores ha provocado una clara percepción de inseguridad económica y ha encendido las alarmas de distintos expertos. Entre ellos, Niño Becerra se ha mostrado especialmente crítico con el papel que la clase media ocupa en las decisiones de política económica.
“No recibe nada y lo paga todo”
El economista reaccionó a un artículo del Diari de Tarragona, difundido también por el Colegio de Economistas de Cataluña, que sostiene que la clase media se encuentra en tierra de nadie: sin acceso a ayudas públicas significativas, pero tampoco con capacidad para esquivar la presión fiscal como sí pueden hacerlo los patrimonios elevados.
Tal como recoge el texto, “es una clase social sin acceso a ayudas ni reducciones; tampoco tiene libertad para mover capital como la clase alta”, sostiene el profesor Carles Méndez (UOC). De ahí la conclusión que Niño Becerra comparte y resume de forma contundente: “La clase media ha dejado de ser necesaria.”
¿Quién es “clase media” en España?
El economista recuerda que se considera clase media a quienes perciben entre el 75% y el 200% de la renta mediana del país. Traducido al nivel actual en España, significa ingresos anuales de entre 18.316 y 36.632 euros.
Para Niño Becerra, esa horquilla es “poco significativa”, y lo argumenta con otra reflexión: “No tienen el mismo poder adquisitivo 20.000 euros en Bilbao que en Jaén.” El economista denuncia que, pese a ello, el sistema fiscal y económico no distingue realidades territoriales ni de coste de vida.
Las palabras de Niño Becerra no han pasado desapercibidas. Mientras algunos usuarios de redes sociales defienden que la clase media sí accede a determinados servicios públicos y ayudas, otros apuntan a un problema estructural: un modelo fiscal y laboral que no corrige desigualdades y que penaliza a quienes no logran escapar hacia arriba, pero tampoco hacia abajo.
El debate sobre si la clase media sigue siendo el “motor” de España —como se defendía hace décadas— continúa abierto. Cada vez más expertos coinciden en que su peso económico se debilita, y que la brecha entre quienes pueden sostener su nivel de vida y quienes quedan rezagados será una de las claves económicas del país durante los próximos años.