El equipo español de esta Copa Davis fue doblemente bautizado por redes sociales, y abrazado poco después por sus integrantes. Se les llamó ‘la España de los olvidados’, y fueron a ganar ‘la Davis del pueblo’. Estas denominaciones, surgidas desde la sorna habitual de las redes, contienen un trasfondo en el que se pone en valor la actitud de este equipo, alejado de las individualidades típicas del tenis y fortalecido por la unión de sus componentes, todos ellos unos currantes dentro de este deporte a los que nadie les ha regalado nada. Impregnaron al conjunto capitaneado por David Ferrer unos rasgos a los que jamás renunciaron: lucha, capacidad de sufrimiento, resiliencia ante las adversidades, y, sobre todo, mucha fe.
Nadie creyó tanto como ellos, y esa actitud les llevó a lograr gestas que se antojaban inalcanzables. También podría llamarse ‘la Selección de los milagros’, que se fueron sucediendo uno tras otro hasta la final de la copa del mundo, en la que faltó una última faena. El camino hasta disputar el duelo por el título fue largo y estuvo repleto de baches y de contratiempos. Comenzó en febrero, en Biel (Suiza), donde fue un trámite vencer a los anfitriones en una eliminatoria en la que estuvieron Pedro Martínez y Jaume Munar, que ya no se bajaron del resto de convocatorias, además de Roberto Carballés y Martín Landaluce.
El equipo español hac piña tras superar a Alemania en semifinales.Guglielmo Mangiapane
Fue un espejismo lo de superar una eliminatoria con holgura. A partir de septiembre llegaron las curvas sinuosas. En Puente Romano (Marbella), Ferrer no pudo contar con Carlos Alcaraz, Marcel Granollers y Alejandro Davidovich, que se bajaron de la convocatoria por el cansancio del US Open. Una ‘España B’, con Pablo Carreño uniéndose a Munar, Martínez y Carballés, cerró la primera jornada ante la Dinamarca de Holger Rune con 0-2, a un punto de la eliminación. Crítica fue la situación cuando Pedro salvó una bola de partido ante el número uno danés. Finalmente, y por primera vez en la historia del tenis español, se le dio la vuelta al peor resultado con el que se puede empezar, y la victoria selló el billete a Bolonia.
Tampoco fue sencillo en el norte de Italia. En cuartos, se remontó a Chequia, la selección más completa de todas, y en semifinales hincó rodilla la Alemania de Alexander Zverev. Tan solo faltó un milagro más.
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