Dan Buettner, investigador de referencia en las zonas azules, sostiene que “la gente que más años vive no hace Crossfit o Pilates”. Tras dos décadas analizando regiones donde la longevidad es excepcional, explica que estas comunidades no estructuran el ejercicio, sino que incorporan el movimiento en su rutina diaria. Su trabajo se centra en áreas como Cerdeña, Okinawa, Icaria, Loma Linda y la península de Nicoya. Para él, la clave está en hábitos constantes y naturales. Un enfoque que cuestiona el modelo actual de actividad física.
En una reciente conversación en el pódcast de ZOE, Buettner recordó que un centenario es “simplemente alguien que ha cumplido 100 años”. Sin embargo, destaca que estas poblaciones envejecen sin diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer o demencia. El experto subraya que no cuentan con una genética superior ni con una disciplina estricta. Su longevidad se debe a evitar, en mayor medida, enfermedades que acortan la vida. De ahí que lleguen a edades avanzadas con buena salud.
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Silvia López
Uno de los aspectos más llamativos es la ausencia de ejercicio programado. Buettner insiste en que “la gente de las zonas azules no hace ejercicio” en el sentido moderno. No practican Pilates, CrossFit ni entrenamientos dirigidos, sino que se mantienen activos de manera natural. Caminan a diario, cuidan sus huertos y realizan tareas domésticas sin máquinas que reduzcan el esfuerzo. Ese movimiento constante y espontáneo resulta decisivo para su longevidad.
El investigador añade que se mueven aproximadamente cada veinte minutos sin ser conscientes. En cambio, en las sociedades actuales se intenta compensar muchas horas sentados con una sesión de gimnasio que, a menudo, no se cumple. Incluso cuando se hace, asegura que no equivale al beneficio de distribuir el movimiento durante el día. Para Buettner, el secreto de las zonas azules está en un estilo de vida activo sin forzarlo, donde lo cotidiano funciona mejor que cualquier plan de entrenamiento.
Dan Buettner, investigador de referencia en las zonas azules, sostiene que “la gente que más años vive no hace Crossfit o Pilates”. Tras dos décadas analizando regiones donde la longevidad es excepcional, explica que estas comunidades no estructuran el ejercicio, sino que incorporan el movimiento en su rutina diaria. Su trabajo se centra en áreas como Cerdeña, Okinawa, Icaria, Loma Linda y la península de Nicoya. Para él, la clave está en hábitos constantes y naturales. Un enfoque que cuestiona el modelo actual de actividad física.