La gripe se percibe cada invierno como un fenómeno familiar, casi rutinario, sin embargo, está muy alejada de ser inofensiva. Con miles de hospitalizaciones y un impacto sanitario y económico que se repite año tras año, este virus continúa poniendo en jaque a los sistemas de salud.
De hecho, en esta temporada la gripe ha llegado antes de tiempo y con más fuerza. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha emitido un aviso ante el adelanto inusual de la temporada gripal en Europa y la rápida expansión del subclado K del virus A(H3N2), una variante que se está imponiendo en países como Reino Unido, Estados Unidos y Japón. Se trata de una variante que acumula siete mutaciones clave en la proteína hemaglutinina (HA), ha modificado su antigenicidad y ha adquirido un mayor potencial de transmisión.
Cabe destacar que el ECDC considera que el riesgo para la población general europea es «moderado», pero lo eleva a «alto» para mayores, personas con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos, embarazadas y residentes en centros de larga estancia.
En esta línea, los expertos del grupo GRIPEXPERT en el último encuentro, centraron la reunión en el papel de las vacunas de inmunogenicidad aumentada en la protección de las personas mayores, el grupo más vulnerable.
Durante el encuentro, moderado por Santiago de Quiroga, presidente de Fundamed; los especialistas José Antonio Navarro Alonso, consultor honorario del Área de Vacunas del Ministerio de Sanidad; Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Rey Juan Carlos; José Antonio Lluch, ex responsable de los programas de vacunación de la Consellería de Sanitat de la Generalitat Valenciana; Javier Castrodeza, catedrático en la Universidad de Valladolid y jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínico Universitario de Valladolid; José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública; y Toni Trilla, catedrático y jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología en el Hospital Clínic de Barcelona, coincidieron en un mensaje: la gripe no es una simple molestia de invierno y las vacunas «mejoradas» deben consolidarse como la herramienta de referencia para proteger a los mayores en todas las comunidades autónomas.
José J. Castrodeza presentó en el encuentro los últimos datos del estudio GAD3, «V Encuesta de opinión y percepción de la sociedad española de la enfermedad de la gripe», correspondientes a septiembre de 2025, que permiten tomar el pulso a la percepción social sobre la gripe y la vacunación en España. El informe actualiza las tendencias detectadas en años anteriores y ofrece una fotografía precisa de cómo han evolucionado la confianza, la preocupación por la enfermedad y la disposición a vacunarse en los distintos grupos de población, información clave para orientar las estrategias de recomendación.
Impacto de la gripe
En la reunión se subrayó que la percepción pública de la gripe como algo por lo que hay que pasar todos los inviernos ha contribuido a que la población minimice su importancia. Los expertos recalcaron que cuando se analiza la mortalidad atribuible, la carga sobre el sistema sanitario y las complicaciones que provoca en los mayores, queda claro que «no estamos ante una simple molestia de invierno».
Ángel Gil advirtió de la complacencia generada por años sin sustos epidémicos ni pandémicos respecto a la gripe: «La ciudadanía no es consciente de la magnitud del impacto. Incluso en temporadas consideradas moderadas, la gripe tiene consecuencias severas, especialmente en mayores y personas con patologías crónicas». Los especialistas insistieron en que el mensaje público debe partir del impacto clínico y situar después, en segundo plano, la dimensión económica.
Ángel Gil de Miguel.
Además, incidieron en que uno de los mensajes más eficaces —tanto para los clínicos como para la población general— es el impacto de la vacunación en la reducción de complicaciones, principalmente cardiovasculares. Trilla destacó las complicaciones que puede acarrear la gripe. «Hay dos aspectos clave. El primero, que cada vez está más respaldado, son las complicaciones, especialmente las cardiovasculares. La población entiende lo que es un infarto, un ictus u otras enfermedades cardiovasculares graves. Explicar que, a determinadas edades, la vacuna antigripal tiene un efecto protector frente a estas complicaciones ayuda a que se comprenda que la gripe no es banal y que la vacuna tiene beneficios reales».
«La población entiende lo que es un infarto, un ictus u otras enfermedades cardiovasculares graves. Explicar que, a determinadas edades, la vacuna antigripal tiene un efecto protector frente a estas complicaciones ayuda a que se comprenda que la gripe no es banal y que la vacuna tiene beneficios reales»
Toni Trilla, catedrático y jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología en el Hospital Clínic
«La población puede no recordar qué subtipo de virus circuló la temporada pasada, pero sí entiende lo que significa evitar un infarto o un ictus», resumió Trilla. Este enfoque, según coinciden, debería ocupar un lugar central en la comunicación pública y profesional. Además, aclaró que otro aspecto está relacionado con que la confianza de los ciudadanos depende en gran medida de que los profesionales sanitarios estén vacunados y transmitan seguridad.
Toni Trilla.
Aunque en los últimos años ha aumentado la visibilidad de la enfermería en vacunación, en la reunión quedó patente que la recomendación decisiva para los adultos continúa siendo la del médico de familia.
«Parece que el médico sigue siendo la figura con mayor credibilidad al explicar estos temas directamente al paciente. Por ello, la recomendación es reforzar la comunicación con mensajes simples y claros: no hace falta que todos los profesionales se especialicen en vacunas, sino que tengan a mano datos clave sobre complicaciones, seguridad y eficacia. Una infografía o un decálogo sencillo, avalado por referencias científicas, puede facilitar que el mensaje se transmita de forma efectiva», añadió Trilla.
Por su parte, Martínez Olmos recalcó que «los beneficios de la vacunación deberían centrarse primero en las complicaciones que evita. Cuando hablamos de retorno de la inversión o ahorro de costes, aunque existan datos que muestren que cada euro invertido genera un beneficio económico, los gestores sanitarios saben que los recursos son limitados. En mi opinión, resulta más eficaz presentar el argumento en términos de eficiencia y optimización de recursos: evitar complicaciones permite destinar recursos a otras prioridades dentro de un hospital o centro sanitario».
Siguiendo esta línea, las complicaciones que la gripe puede ocasionar se ha colocado como argumento comprensible para la población. José Antonio Navarro destacó una infografía de la Unión Europea que explica esta evidencia: «La vacuna de gripe reduce un 34% de eventos cardiovasculares. Tras la vacuna antigripal, el riesgo de ictus isquémico se reduce entre un 12 y un 16%». Los expertos recalcaron esta idea como un mensaje potente: la población entiende qué es un infarto o un ictus, y explicar que la vacunación disminuye esos riesgos ayuda a sacar a la gripe de la categoría de «molestia».
«La vacuna de gripe reduce un 34% de eventos cardiovasculares. Tras la vacuna antigripal, el riesgo de ictus isquémico se reduce entre un 12 y un 16%»
José Antonio Navarro Alonso, consultor honorario del Área de Vacunas del Ministerio de Sanidad
José Antonio Navarro.
Además, remarcaron que ese enfoque facilita el trabajo de recomendación por parte de los clínicos: «Decirle a un paciente mayor que la vacuna le protege frente a complicaciones que él conoce —infarto, ictus— puede ser determinante».
La importancia de las vacunas de inmunogenicidad aumentada
Durante el encuentro los especialistas también coincidieron en que la incorporación de vacunas de inmunogenicidad aumentada supone un avance cualitativo en la protección de los mayores de 60 años. Estas formulaciones, que refuerzan la respuesta inmunitaria frente a las limitaciones del sistema inmune asociado a la edad, han demostrado una mayor capacidad para prevenir hospitalizaciones, cuadros graves y fallecimientos.
Otra cuestión que se abordó fue la accesibilidad a la vacunación. Navarro explicó que no es viable que en algunos centros de salud la vacunación tenga un horario limitado y que se deberían aplicar estrategias que den facilidades a la población para fomentar la vacunación.
José Antonio Lluch.
En esta línea, Lluch destacó que «algunas estrategias para acercar la vacunación a la población son bastante sencillas. Un ejemplo claro es la vacunación en centros escolares, que demuestra que no se requiere una inversión elevada para obtener un gran beneficio. Es cierto que la vacunación compite con otras muchas tareas que los profesionales sanitarios deben asumir, pero quizá debamos ser más imaginativos a la hora de organizar y facilitar estos procesos».
«Algunas estrategias para acercar la vacunación a la población son bastante sencillas. Un ejemplo claro es la vacunación en centros escolares, que demuestra que no se requiere una inversión elevada para obtener un gran beneficio»
José Antonio Lluch, ex responsable de los programas de vacunación de la Consellería de Sanitat de la Generalitat Valenciana
J. Javier Castrodeza.
Por otro lado, Castrodeza señaló que «estamos analizando hasta qué punto los centros hospitalarios —que están abiertos 365 días al año, las 24 horas— podrían funcionar como ‘vacunodromos’. Tienen profesionales de enfermería, médicos… Es decir, cuentan con los recursos necesarios». Tal y como explicó, la idea sería que, durante la temporada de vacunación de la gripe, igual que una persona acude a urgencias por un dolor de cabeza o por una patología más grave, pudiera existir un espacio anexo destinado exclusivamente a la vacunación. «Un punto donde cualquier ciudadano pudiera acudir en un horario amplio y estable, aprovechando que hay personal de guardia disponible tanto de enfermería como médico».
«Si realmente buscamos mejorar la accesibilidad a la vacunación, estoy convencido de que esta sería una medida sencilla, barata y muy eficaz», subrayó el especialista.
«Estamos analizando hasta qué punto los centros hospitalarios —que están abiertos 365 días al año, las 24 horas— podrían funcionar como ‘vacunodromos’. Tienen profesionales de enfermería, médicos… Es decir, cuentan con los recursos necesarios»
Javier Castrodeza, catedrático en la Universidad de Valladolid y jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínico Universitario de Valladolid
En este sentido, Navarro mencionó un paper publicado el año pasado en New England Journal of Medicine Evidence que analiza la promoción de la vacunación antigripal en urgencias, principalmente mediante cartelería e insistencia del médico durante la atención, complementado con infografías dirigidas al adulto. «El hospital está poco aprovechado. Muchas personas acuden a visitar o acompañar a pacientes y permanecen allí varias horas; este tiempo podría aprovecharse para ofrecerles la vacunación, aunque no sean pacientes. Es una oportunidad sencilla de mejorar la cobertura vacunal que rara vez se explota».
Ángel Gil añadió que se deberían destacar las informaciones que comparten sociedades científicas como la Sociedad Europea de Cardiología, también la Sociedad Española de Cardiología y la Sociedad Española de Patología del Aparato Respiratorio, que refuerzan estas recomendaciones.
En este punto, Lluch también insistió en la importancia del papel de otras sociedades científicas. «A título personal, mi percepción es que, por ejemplo, un endocrino que atiende a un paciente diabético se centra en la glicosuria y reconoce que la vacunación antigripal beneficiaría a sus pacientes, pero a menudo no recuerda hacerlo en la consulta ni hace la recomendación», explicó Lluch.
Entender los «porqué»
Los especialistas coincidieron en que para determinadas poblaciones sería recomendable el uso de vacunas de inmunogenicidad aumentada, especialmente en mayores y personas con enfermedades crónicas. Esta recomendación se considera prácticamente obvia, dado el riesgo de complicaciones en estos grupos.
José Martínez Olmos.
Sin embargo, surge un desafío importante: cómo trasladar esta información a los médicos de familia, que son quienes deben prescribir la vacuna a los pacientes de riesgo. Contamos con datos sólidos de sociedades científicas como la Sociedad Europea de Cardiología, la Sociedad Española de Cardiología y SEPAR, pero muchas veces estos mensajes no llegan de manera efectiva a los prescriptores. La cuestión central es cómo «meter en la cabeza» de estos profesionales la importancia de la vacunación para sus pacientes.
Martínez Olmos señaló que, tras cinco años de análisis, falta una aproximación cualitativa que permita entender por qué los profesionales recomiendan o no recomiendan la vacunación, y por qué los ciudadanos aceptan o no vacunarse. «Conocer estos ‘porqués’ facilitaría la segmentación de estrategias de comunicación y formación. Esto incluye no solo la formación técnica sobre vacunas, sino también información sobre el proceso de validación y seguridad de las vacunas, que puede generar confusión debido a experiencias pasadas, como la gripe A o la COVID-19, en las que los plazos se acortaron por situaciones de emergencia», indicó el experto.
«Conocer los ‘porqués’ facilitaría la segmentación de estrategias de comunicación y formación. Esto incluye no solo la formación técnica sobre vacunas, sino también información sobre el proceso de validación y seguridad de las vacunas, que puede generar confusión debido a experiencias pasadas, como la gripe A o la COVID-19, en las que los plazos se acortaron por situaciones de emergencia»
José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública
Los expertos propusieron incluir evaluaciones anuales de efectividad y seguimiento de resultados de la vacunación, más allá de la simple medición de coberturas. Actualmente, la estrategia se limita a comprobar si las coberturas suben o bajan, sin un análisis postvacunal que traduzca la efectividad en impacto clínico, hospitalario y económico. Contar con estos datos permitiría, por ejemplo, argumentar ante responsables o consejeros que un aumento de cobertura podría haber evitado hospitalizaciones y ahorrado recursos.
José Antonio Navarro añadió que existen datos nacionales e internacionales, como los publicados anualmente por algunas comunidades o los recogidos en consorcios europeos, estratificados por edad, población y país. Sin embargo, lo que realmente interesa a los decisores no es solo la efectividad de la vacuna, sino el impacto real en salud y en la gestión de recursos, es decir, cuántas hospitalizaciones se han evitado o cuánto dinero se ha ahorrado.
«Hospitalizaciones evitadas, ingresos en UCI reducidos, complicaciones prevenidas y ahorro de recursos asistenciales son argumentos más directos y comprensibles para los gestores sanitarios y para la población que las cifras de cobertura por sí solas»
Ángel Gil de Miguel, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Rey Juan Carlos
Por ello, Gil de Miguel propuso que «nos dejásemos de centrar únicamente en las coberturas» y destaquemos el impacto real de la vacunación. «Hospitalizaciones evitadas, ingresos en UCI reducidos, complicaciones prevenidas y ahorro de recursos asistenciales son argumentos más directos y comprensibles para los gestores sanitarios y para la población que las cifras de cobertura por sí solas», recalcó Gil de Miguel.
En definitiva, los especialistas coincidieron en que mejorar la vacunación antigripal en los mayores exige actuar en múltiples frentes: reforzar la comunicación con mensajes simples y basados en el impacto real, ampliar la accesibilidad con estrategias imaginativas que incluyan la participación de hospitales y centros sanitarios, incorporar de forma decidida las vacunas de inmunogenicidad aumentada y sumar a sociedades científicas y asociaciones de pacientes como aliados estratégicos.
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