El 2 de agosto de 2027 la humanidad será testigo del que muchos astrónomos consideran el eclipse del siglo: un eclipse solar total de 6 minutos y 23 segundos que dejará a oscuras extensas regiones habitadas, desde España hasta Somalia. Será un fenómeno excepcional no solo por su duración, sino por las condiciones que coincidirán ese día y que permitirán una visibilidad óptima.

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Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa directamente entre el Sol y la Tierra y bloquea la luz del astro. Cuando el bloqueo es total, se trata de un eclipse solar total; cuando permanece visible un anillo brillante alrededor del borde, se habla de un eclipse anular. Desde la antigüedad, este fenómeno ha alimentado mitos y temores, pero también ha sido clave para el desarrollo de la astronomía moderna.

Hoy es posible conocer de antemano su duración. Según la Nasa, estos eclipses suelen durar entre 10 segundos y siete minutos y medio. En su base de datos se destaca que el eclipse solar total más largo en un periodo de 12.000 años ocurrirá el 16 de julio de 2186 y se prolongará por siete minutos y 29 segundos. En contraste, el más breve tuvo lugar el 3 de febrero de 919 d.C., con apenas nueve segundos.

Mientras llega el fenómeno de 2186, el eclipse del 2 de agosto de 2027 se perfila como uno de los más largos y mejor ubicados del siglo XXI para la observación pública.

Una oportunidad astronómica irrepetible en décadas

La fecha coincide con un conjunto de condiciones celestes y climáticas singularmente favorables. La Tierra estará en el punto de afelio, su mayor distancia al Sol, lo que hace que el disco solar se vea ligeramente más pequeño. A la vez, la Luna estará cerca de su perigeo, el punto en el que se acerca más a la Tierra, lo que incrementa su tamaño aparente en el cielo y facilita que cubra por completo al Sol durante varios minutos.

Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol Foto:iStock

A ello se suma que el trayecto de totalidad atravesará zonas áridas con baja probabilidad de nubosidad, como Libia y Egipto. Estas regiones se convertirán en epicentros de observación. La Nasa recuerda que “los pronósticos actuales de los eclipses tienen una precisión de tiempo de menos de un minuto en un lapso de cientos de años”, gracias a cálculos basados en “las leyes de movimiento de Newton” y en modelos que integran las posiciones y velocidades de la Tierra y la Luna.

La franja de sombra, de unos 275 kilómetros de ancho, iniciará su recorrido en el Atlántico, cruzará el estrecho de Gibraltar y se extenderá por más de 15.000 kilómetros hasta finalizar en el océano Índico. Las costas españolas de Cádiz y Málaga, así como Tánger y Tetuán en Marruecos, serán algunos de los primeros puntos donde podrá apreciarse la totalidad del fenómeno.

Pero la atención mundial se concentrará en Egipto. En pleno día, a unos 40 kilómetros al sureste de Luxor, la oscuridad cubrirá el desierto durante 6 minutos y 23 segundos, uno de los periodos más largos que se podrán observar desde zonas habitadas en lo que resta del siglo. Fuera de la franja central, un eclipse parcial será visible en casi toda Europa, gran parte de África y buena parte de Asia occidental.

El eclipse total podrá observarse en España, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Sudán, Arabia Saudita, Yemen y Somalia.

Cómo se predicen y por qué importan los eclipses

La Nasa detalla que predecir un eclipse implica modelar “la geometría y la mecánica de cómo la Tierra y la Luna orbitan alrededor del Sol bajo la influencia de los campos gravitacionales de estos tres cuerpos”. Con computadores que integran estas ecuaciones hacia el pasado y el futuro, se identifican los momentos exactos en los que la Luna ocultará el Sol.

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En algunas zonas, las condiciones climáticas en general fueron poco favorables, aunque se lograron imágenes espectaculares como esta en Nairobi, Kenia.

Además de calcular su ocurrencia, los eclipses solares permiten estudiar la corona solar —visible únicamente durante la totalidad— y comprender mejor cómo el Sol transfiere energía al viento solar, que puede afectar tecnologías en la Tierra y a los astronautas. También ofrecen una oportunidad única para investigar la atmósfera terrestre: “Este bloqueo localizado de la energía solar permite estudiar los efectos del Sol en nuestra atmósfera”, señala la agencia espacial.

A dos años del fenómeno, científicos y aficionados ya preparan la que será una cita histórica con uno de los espectáculos naturales más sobrecogedores del cielo.

REDACCIÓN CIENCIA