Choque de trenes después de seis meses de tregua. El Colegio de Arquitectos de Madrid reactiva las turbulencias por la legitimidad de Sigfrido Herráez como decano, después de que su candidatura fuera expulsada y luego readmitida en unas elecciones internas celebradas en mayo. Herráez ganó el recuento por muy pocos votos, aunque su toma de posesión quedó paralizada por un conflicto judicial de fondo que aún sigue sin resolverse. Medio año más tarde, todo vuelve a descontrolarse: la dirección del COAM ha anunciado el acto para este martes y se decide a mantenerlo pese a la negativa de la Mesa Electoral, que ha invalidado la proclamación y exige anularla en un requerimiento al Decanato.
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“Sigue en pie. Esto no puede seguir así”, confirmó la secretaria del COAM y miembro en las listas de Herráez, Eugenia del Río, instantes después de recibir la notificación del presidente de la Mesa Electoral, Luis de la Rica. En su escrito, De la Rica sostiene que el acto debe formalizarse desde su Presidencia y no a través de la dirección, pues el vínculo con los comicios es “evidente” y “debe estar bajo supervisión de la Mesa”. El origen del conflicto radica en una cláusula de los estatutos, que limita a cada candidato a formar parte de la Junta de Gobierno durante un máximo de dos legislaturas. Herráez cursaría ahora la tercera.
Todos COAM, su lista para concurrir a la Junta de Gobierno –uno de los dos órganos internos a renovar en los comicios–, solicitó medidas cautelares al ser descalificada como aspirante y el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 18 de Madrid, encargado del caso, las aceptó a una semana de la cita electoral. Eso anuló provisionalmente la resolución interna anunciada el 5 de mayo por la Mesa Electoral, que estimó que el decano había expirado su tiempo máximo al frente del Colegio. Pero, ¿de dónde surgen las discrepancias?
En realidad, Herráez ascendió a la cúpula del Colegio de Arquitectos en 2020 y después de una moción de censura contra su predecesora. Como la legislatura ya estaba a medio terminar solo dirigió el órgano durante año y medio, pero bastan 365 días para que, según el artículo 30.5. de sus estatutos, compute como un mandato de cara a volver a presentarse. Cada legislatura en el COAM consta de tres años, y Herráez solo llevaba cuatro y medio en el momento de la reeleción. Sin embargo, esta letra pequeña derivó en una gran hecatombre preelectoral.
Con la reñida victoria de Todos COAM pareció que el decano iba a encarar una tercera legislatura, aun si con ello rebasara el tope de seis años gobernando. Pero la Mesa Electoral emplazó su toma de posesión hasta que existiera una resolución firme en los tribunales. En un auto del pasado 14 de octubre, al que ha tenido acceso este periódico, el Juzgado que instruye la causa resuelve que al aceptar las medidas cautelares solicitadas por la Junta de Gobierno se especificó solo lo que debía ocurrir de cara al día de los comicios, y no después.
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Es sobre este argumento que el propio Luis de la Rica, en declaraciones a Somos Madrid, sostiene su decisión. “Readmitimos la candidatura porque así lo determinó un juez, pero seguimos pensando que [Sigfrido Herráez] no cumple los requisitos de elegibilidad que exigen los estatutos”, señala en una conversación telefónica, en la que afirma haberse enterado de la toma de posesión por el correo enviado a los colegiados y no por vía directa. El choque entre la Mesa Electoral, que pide desconvocarlo, y la actual Junta de Gobierno en funciones, que insiste en su continuidad, deja pendiendo de un fino hilo el futuro del COAM.
