Roma tiene esa manera tan suya de recibir a quien llega: despacio, con luz suave y sin hacer ruido, hasta que un día descubres que ya no quieres vivir en otro sitio. Eso fue lo que le ocurrió a Ana Aznar, hija de José María Aznar y de la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, cuando decidió dar un giro a su vida junto a su marido, Alejandro Agag, y sus cuatro hijos adolescentes (Alejandro, Rodrigo, Pelayo y Alonso). Tras más de dos décadas en Londres, la familia aterrizó en la capital italiana en 2022, donde hoy disfruta de una etapa serena, muy familiar y repleta de nuevos proyectos.
Su historia pública, sin embargo, empezó mucho antes. Apenas tenía quince años cuando la llegada de su padre a La Moncloa en 1996 la situó de golpe en el foco mediático. Años después volvió a ser protagonista por su boda en el Monasterio de El Escorial en 2002, un enlace multitudinario que acaparó titulares. Poco después, Ana y Alejandro decidieron alejarse del ruido y marcharse al extranjero para comenzar una vida más discreta.
Londres fue el lugar donde desarrolló su carrera profesional. Estudió Psicología, se especializó en infancia y obtuvo un doctorado en la Universidad de Kingston. Más tarde trabajó como profesora e investigadora en distintas instituciones británicas, centrando su trayectoria en el desarrollo emocional infantil y en cómo acompañar a las familias. Ese recorrido la llevó a fundar REC Parenting, una plataforma digital que ofrece recursos fiables para padres a través de contenido experto, masterclasses y entrevistas. Su filosofía es simple y contundente: acompañar a los niños desde la cercanía y el sentido común para formar adultos equilibrados.
El expresidente del Gobierno, José María Aznar, en la boda de su hija Ana©KORPA
Con frecuencia recuerda la importancia de la educación que recibió en casa, especialmente ese sentimiento de apoyo constante que describe como «un regalo para toda la vida».
El gran giro llegó en 2022, cuando recibió la propuesta de incorporarse como profesora a la John Cabot University, una institución estadounidense situada en pleno Trastévere. Este barrio histórico, ubicado al otro lado del río Tíber (de ahí su nombre, «tras el Tíber»), es considerado por muchos como el más bonito de Roma. Sus calles estrechas, sus terrazas siempre llenas y sus fachadas ocre cubiertas de buganvillas crean una atmósfera bohemia que atrapa a cualquiera. En ese entorno vibrante comenzó a asentarse la nueva vida de la familia.
Instalada ya en la capital italiana, ejerce como profesora en el departamento de Ciencias Psicológicas y Sociales, donde imparte asignaturas de psicología infantil y desarrollo socioemocional. También participa en proyectos centrados en crianza y bienestar familiar, e incluso en líneas de investigación sobre psicología del cambio climático, un campo emergente en el estudio del impacto emocional en niños y adolescentes. Parte de su trabajo ha sido publicado en revistas científicas y medios especializados, reforzando su trayectoria como investigadora.
A todo ello se suma REC Parenting, la plataforma que creó para ofrecer orientación fiable a familias y que continúa creciendo con usuarios de distintos países gracias a su enfoque práctico y basado en evidencia. La combina con naturalidad con su labor docente, convirtiéndose en una extensión de su visión sobre la crianza. En más de una ocasión ha explicado que la ciudad italiana le parece un lugar ideal para criar a sus cuatro hijos: naturaleza accesible, vida en la calle, una cultura familiar muy acogedora y una historia que se respira de forma casi involuntaria.
Mientras tanto, su marido continúa ampliando su presencia en el automovilismo sostenible. Como creador de competiciones como Fórmula E, Extreme E y E1 Series, Agag se ha convertido en una figura clave en el desarrollo de tecnologías eléctricas aplicadas al deporte. Sus proyectos han atraído a marcas internacionales, celebridades y familias reales, y cuentan incluso con la participación de jóvenes talentos españoles como Juan Urdangarin, hijo de la Infanta Cristina.