La Revuelta ha iniciado la semana con la visita de Toni, Sulami y Chule, los protagonistas de Ciudad sin dueño, una película basada en la Cañada Real desde la perspectiva de sus propios vecinos. Los tres viven allí y Broncano les ha invitado a su programa para visibilizar el gran problema de suministro electrónico que sufre la zona desde hace seis años.
«Vosotros no eráis actores hasta hace nada», apuntó el presentador ante ellos. «Así es», le respondió Sulami. «Conozco la zona, he estado por ahí varias veces», prosiguió el jiennense, algo que sorprendió al más joven. «¿A qué?», le preguntó. «He vivido en un barrio cercano y tengo amigos que viven e iban y venían», explicó Broncano.
Cada uno le llevó al presentador su correspondiente regalo: Sulami un pañuelo hecho a mano y un libro del fotógrafo Manuel Rojas que relata mediante imágenes la situación de la Cañada Real; Chule una vara, y Toni un foco de luz sin gas. «Para que veas cómo se apaña la gente para estar en casa», le explicó.
Por su parte, Broncano les regaló una estantería para poner los premios que han ganado con el largometraje. «Mientras os los van llevando, para que no quede fea, os hemos puesto algunos. Cuando os lleguen los quitáis. Para que luzca un poco», apuntó el jiennense.
El comunicador quiso tratar el tema de la luz antes de que sus invitados hablaran de su proyecto cinematográfico. «Seis años sin luz […] Algo habrá que hacer», expuso. «Aguantar lo que viene», le respondió Chule. «Pero eso es escandaloso, es una cosa que se habla de vez en cuando pero no se le da la suficiente importancia», lamentó Broncano, que quiso saber qué es lo que hacen en el día a día para iluminar los sectores.
«Usamos placas, generadores de gasolina […]», explicó Chule. «Y muchas familias», añadió el presentador. «8.000 y la mitad son niños», indicó Sulami, que quiso hacer un alegato sobre la situación de la Cañada Real.
«Ha sido muy bien recibida, ya no solo por los gitanos, sino por los payos y por todas las etnias […] Muy orgullosa de que nos hayan visto, y que no solamente lo malo de la Cañada es que está sin luz, sino que también estamos nosotros, personas con sus problemas […] Por eso en esta película nos hacemos ver, que también somos personas«, reivindicó.