La intuición policial funcionó para dar caza a Martiño Ramos Soto, el profesor que se dio a la fuga para evitar ingresar en prisión tras ser condenado en firme a 13 años y medio por abusar de forma sádica y reiterada de una alumna menor. … Siendo natural de Orense, lo primero que pensaron los investigadores es que podría haber seguido el patrón habitual de los fugitivos del sur de Galicia: usar Portugal para poner tierra de por medio. Bingo. Saliendo del país vecino, Martiño Ramos hizo dos escalas de pocos días en Perú y Brasil, pero era una treta para disimular. Los investigadores lo tienen claro: desde el primer momento, sin duda, su objetivo era refugiarse en Cuba.

Con la corazonada, en base a su experiencia con otros casos, de que el primer paso de Martiño Ramos podría ser Portugal, los agentes de la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional se pusieron en contacto con sus homólogos lusos. Y así no fue difícil averiguar que el profesor orensano había cogido un vuelo de Lisboa con destino a Brasil.

Siguieron tirando del hilo, e igual que habían hecho con los especialistas portugueses en la localización de prófugos, los agentes españoles entonces alertaron a la policía brasileña. Descubrieron que, desde Brasil, Martiño Ramos Soto había volado hasta Lima, Perú. Fue su última escala antes de aterrizar en La Habana (Cuba), su único objetivo desde que en Galicia había puesto tierra de por medio. Todo esto ocurrió en el mes de julio.

«Estuvo muy pocos días en cada país, fueron escalas muy rápidas, lo que indica claramente que era para ocultar su destino final con esta encrucijada de vuelos», explican a ABC agentes del Grupo II de la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional, dedicados especialmente a la búsqueda de prófugos en Sudamérica y Centroamérica, y que en este caso se encargaron de tratar de localizar al profesor orensano fugado. Si Martiño Ramos no tuviera intención de ocultarse, no habría hecho ese galimatías de ruta: desde Madrid a La Habana hay vuelos directos.

Tampoco fue difícil en Cuba dar con el paradero del profesor fugado. Ahí jugó un papel importante la comisaría de Interior que España tiene en el país caribeño. Actuó como enlace con las autoridades cubanas, que fueron las que se encargaron de localizar a Martiño Ramos y no perderlo de vista.

Los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria de Cuba (PNR) le sometieron desde entonces a un seguimiento no invasivo, para mantenerlo en todo momento controlado. Martiño Ramos había alquilado un apartamento en El Vedado, en La Habana, y se hacía pasar por un empresario que estaba pasando una temporada en la isla para desconectar. Con la cámara siempre colgada del cuello, el profesor condenado, que había castellanizado su nombre y tiraba de su segundo apellido para camuflar algo su identidad —Martín Soto—, participaba muy activamente en la vida cultural de la ciudad.

Pero las precauciones que había tomado en su viaje hasta La Habana, de alguna manera, las perdió una vez puso un pie en la isla. No tuvo reparos en abrirse una cuenta de Instagram —red social a través de la cual, por cierto, en Orense había contactado con su víctima— para publicar las fotografías que iba haciendo en la ciudad, especialmente a modelos que posaban para él. No fue esa, sin embargo, la pista que habían seguido los investigadores para dar con su paradero, pues desconocían entonces que el prófugo tenía una cuenta —un perfil que, además, era pública, pero que este martes ya estaba no estaba disponible— y se prodigaba en publicaciones fotográficas.

Cuando se publicó en la prensa que Martiño Ramos estaba en Cuba y salió a la luz su cuenta de Instagram, los investigadores ya tenían monitorizados sus movimientos en La Habana. Y eso, explican a este diario agentes de la Unidad de Fugitivos de la Policía Nacional, pudo haber comprometido la investigación: «Cuando se publicó, teníamos miedo de que se moviera, pero al final no se movió y se pudo detener».

Todo esto precipitó los últimos movimientos de los investigadores. La Policía, el lunes, incluyó a Martiño Ramos en la lista de los diez fugitivos más buscados por España. El objetivo era, explican a ABC fuentes policiales, resaltar la importancia que tendría la detención del profesor por el gran impacto mediático y social que se estaba registrando en España. Y fue entonces cuando la Policía Nacional Revolucionaria de Cuba, que solo estaba esperando a tener la documentación pertinente, procedió ya a su detención.

Pendientes de la extradición

Ahora, queda por ver cuándo y cómo se hará la entrega del prófugo a España. No hay tratado formal de extradición entre ambos países, pero no parece probable que eso vaya a ser un obstáculo para acabar poniendo a Martiño Ramos a disposición de la Audiencia Provincial de Orense, que fue el tribunal que le condenó por abusar de una alumna desde que ella tenía 12 años.

El Gobierno, este martes, se ha mostrado confiado en que Martiño Ramos sea trasladado a España «en las próximas horas o en los próximos días», ha dicho a los medios su delegado en Galicia, Pedro Blanco. Fuentes policiales consultadas por este diario, sin embargo, ven ese escenario de plazos demasiado optimista.