Si existiera una cultura de la reinvención, al menos en términos artísticos y vitales, sin lugar a dudas en un puesto de honor estaría Miley Cyrus. La cantante ha cumplido este pasado fin de semana 33 años, convertida hoy por hoy en una de las celebrities más versátiles de todo el panorama musical, habida cuenta de los diferentes rumbos que ha tomado su imagen pública desde que se hiciera famosa prácticamente hace dos décadas, allá por 2006, cuando comenzó a emitirse la serie que la lanzaría al estrellato: Hannah Montana.

Es curioso cómo el auge de la nostalgia está haciendo que Miley incluso esté planteándose algo que nadie se hubiese imaginado hace unos años. Diversos medios, norteamericanos principalmente, están barruntando la posibilidad de que, dado que el próximo marzo será la efeméride de la emisión del primer capítulo de la susodicha serie, la artista tiene preparada toda una ristra de conciertos —hasta una posible gira— para traer de vuelta al personaje al que interpretó siendo adolescente, si bien nada de esto está por ahora confirmado de forma oficial.

De ocurrir, sería un paréntesis o incluso un punto y aparte en las diferentes etapas creativas por las que ha pasado Miley Cyrus, teniendo en cuenta el revuelo polémico que se levantó precisamente cuando decidió romper con aquella primera época y quemar las naves en su hoja de ruta musical y vital hacia una etapa de madurez que, ahora sí, ha alcanzado, siendo una figura totémica de la industria. Y todo, habiendo combinado su talento, su vida personal, un espíritu reivindicativo y la consciencia de que cada uno de sus pasos, tanto públicos como íntimos, han sido seguidos y escrutados al detalle.

Destiny Hope Cyrus, su verdadero nombre, nació en Franklin, en el estado de Tennessee, en 1992. Desde pequeña se crio en un ambiente ampliamente cultural, habida cuenta de que su padre era Billy Ray Cyrus. Curiosamente, después de años de desencuentros, especialmente por el tema de Firerose, su anterior novia, que era de la edad de su hija y por la que esta le dejó de hablar, parece ser que han vuelto a reencontrarse. O eso se concluye de Secrets, el tema que su hija, el pasado agosto, le regaló por su 63º cumpleaños y que interpreta junto a su banda favorita, Fleetwood Mac.

La joven Miley, justo después de lidiar con la fama juvenil, lo que ella misma ha admitido que estuvo a punto de dar al traste con su carrera y con su vida, con graves problemas de salud mental y adicciones, en especial al alcohol y a la marihuana, quiso deshacerse de aquella imagen adolescente y el rechazo mediático fue inmediato tras álbumes como Breakout y, sobre todo, Bangerz, donde combinó el pop, el rock y el dance y se lanzaba con letras y bailes explícitos, que no fueron del gusto de muchos  de sus fans —o de los progenitores de estos—.

Pero precisamente quienes han seguido de cerca su carrera saben que la polivalencia y los giros en su registro musical son la orden del día. Ahí está el ejemplo de su noveno álbum de estudio, Something Beautiful, que ha sacado a la luz este mismo 2025 junto a una película musical en Disney —colaboración que, de hecho, ha sido vista como una primera aproximación al regreso de Hannah Montana— que precisamente que buscan que el disco se convierta en una experiencia transmedia y en la que aborda temas como la introspección, la fortaleza, la resiliencia y transformación de la personalidad con el paso del tiempo.

Muy lejos de los dos anteriores, donde el desamor —sobre todo por su mal experiencia amorosa con Liam Hemsworth— era el eje central. Pero es que esos golpes al timón de su vida han sido parte fundamental de su creación artística e incluso como celebridad. No solo en su faceta como modelo o imagen publicitaria de grandes marcas, como actualmente lo es de firmas de belleza como Maybelline, sino sumando a su repertorio proyectos sorpresa. Verbigracia: hace un par de semanas estrenaba Dream as One, el tema que ha compuesto para la banda sonora de Avatar: Fuego y Ceniza.

Aunque igualmente, en ocasiones, vienen otras sorpresas menos agradables. Recientemente, la artista era cazada saliendo de un hospital de Los Ángeles, ayudada por su madre y con evidentes signos de debilidad. Los rumores no se hicieron esperar, si bien ella ha preferido no confirmar ningún motivo, varios portales han apuntado a que podría deberse al problema que Miley padece en una de sus piernas desde que sufriese una infección en uno de sus trabajos por el que estuvo obligada a permanecer en la UCI en noviembre de 2024. 

No es su único problema de salud, dado que ya ha hablado abiertamente de que padece edema de Reinke, el cual inflama sus cuerdas vocales y viene acompañado de un gran pólipo. Si bien eso hace que tenga su característica voz rasgada, su condición —que ha preferido no operarse— es una de las claves por las que tomó la decisión de no forzar nunca más su garganta y desterrar de su carrera las giras multitudinarias.

Eso no significa que no esté cerca de sus fans, pues fuera de los escenarios se ha mostrado siempre como una persona activista por los derechos de las personas LGTB y abogando por la salud mental, así como por las minorías, razón por la que creó la Happy Hippie Foundation en 2014, que brinda apoyo a jóvenes sin hogar, con especial atención a los miembros de la comunidad LGTB.

Ahora, tras su cumpleaños, empieza una nueva etapa, que ella misma ha descrito con unas crípticas palabras en la que sus seguidores y amistades —el post lo han comentado celebrities como Selena Gomez, Cyndi Lauper, Selma Blair o Miranda Kerr— han querido ver un atisbo de luz en lo que está por venir: «Los 33 brillan ya con fuerza gracias a la calidez de vuestros dulces deseos de cumpleaños. Lo único que quiero este año son más risas con la gente que me regala esas pequeñas sonrisas que empiezan a aparecer en mi vida. Os quiero a todos».