Una pelea con un exconvicto fichado por menudeo de droga es la única pista sobre el asesino machista de Campillos en este municipio. Un altercado en una noche de fiesta es la única reseña antes de confesar su crimen. Según fuentes consultadas por ABC, … el joven tuvo una noche una disputa en la que tuvo que intervenir la Policía Local. No fue a más. Más allá de eso, solo era el joven apuesto por el que Concha bebía los vientos y con el se le veía pasear al perro enamorados. Sin embargo, este pasado miércoles mató a su novia en Campillos (Málaga) y se marchó a Martos (Jaén) para confesar el crimen.
El cuartel de este pueblo de Jaén, del que es natural, se entregó. Dijo a la Guardia Civil que había cogido a su expareja por el cuello, que no sabía si la había matado. En la estrecha calle Silla de Campillos retumbaron las sirenas. Los vecinos se asustaron. «La Guardia Civil vino en dirección contraria, la ambulancia y los bomberos, pegaron a la puerta y preguntaron por la joven que vivía en la casa», recuerda una vecina.
En el interior lo que hallaron fue la joven Concha sin vida, asfixiada, con su perro aún ladrando. Su exnovio había salido de esa misma puerta blanca, con el número 104 en la fachada, sobre las 10.30 horas. La había matado. «No lo conociamos mucho», añaden las vecinas, que lo recuerda un par de noches antes con una capucha sentados en unas escaleras solo.
El presunto asesino habría aprovechado la ausencia del padre de la víctima para matarla. Los dos tienen registros en el sistema de protección Viogén. El detenido por denuncias de anteriores parejas, mientras que la mujer por ser víctima de malos tratos en relaciones anteriores. Entre ellos no constan denuncias por violencia machista.
Otras fuentes consultadas apuntan a que las primeras impresiones en la inspección al cadáver aparenta que puede haber muerto asfixiada. Hay signos de violencia en el cadáver, pero estos extremos los tendrán que confirman los estudios de la autopsia.