Vitor Roque afronta este sábado en Lima su segunda final de la Copa Libertadores con tan solo 20 años. Tigrinho busca el primer gran título en su palmarés en un partido de proyección global que enfrenta a las dos superpotencias actuales del fútbol brasileño y sudamericano: un Palmeiras-Flamengo, que se disputará en el Estadio Monumental U, transformado en un choque de muchísima rivalidad en la última década.
Para el ex del Barça, esta es una cita para encumbrar el año de su surgimiento. El 2025 empezó para él como suplente en el Betis, donde jugaba cedido por el Barcelona, y con su salida por la puerta de atrás del fútbol español a finales de febrero. Sin embargo, tiene la posibilidad de terminarlo a lo grande, haciendo historia.
Su regreso a Brasil ya puede catalogarse como un éxito. En el Palmeiras, que dirige el portugués Abel Ferreira, se ha reencontrado consigo mismo. Nadie duda ya de que la inversión de 25,5 millones de euros para repatriarlo valió la pena. En la Premier League ya lo observan, y el Manchester United lo tiene anotado como uno de sus objetivos.
Sus magníficos registros ofensivos corroboran su crecimiento como jugador. Suma 20 goles y 5 asistencias en 54 partidos. Le costó coger el ritmo y recuperar la confianza en un inicio titubeante con el Verdao, pero cuando lo logró se convirtió en uno de los ‘9’ más determinantes de Sudamérica. Ve puerta, intimida y progresa a pasos agigantados.
Su segundo semestre es, simplemente, espectacular. Es el futbolista que marca las diferencias en el Palmeiras y forma, junto al argentino Flaco López, una de las ‘duplas’ ofensivas más temibles del continente.
Carlo Ancelotti, muy atento a su progresión
Sus buenas actuaciones no pasaron desapercibidas para Carlo Ancelotti, que aún tiene abiertas las dos plazas de delantero centro para el próximo Mundial. El ex del Madrid lo convocó en la última fecha FIFA. Jugó la segunda mitad del amistoso contra Túnez (1-1), disputado en Lille, sustituyendo a Matheus Cunha (ahora en el Manchester United) en el descanso.
Si mantiene el tono en el primer trimestre de 2026 con el Verdao, Vitor Roque tiene opciones reales de ir el próximo verano a la Copa del Mundo. Quién lo diría, para un futbolista que pasó sin pena ni gloria por Barcelona, donde no tuvo la confianza ni de Xavi Hernández ni de Hansi Flick. Le pesó, entonces, mucho el salto a uno de los grandes del fútbol mundial.
Ahora, empoderado, es un ídolo para la ‘torcida’ palmeirense. Tiene estatus de ‘vaca sagrada’. Sabe que se espera mucho de él y no se arruga ante la presión. «Jugar esta final es un sueño para mí, y, si Dios quiere, conquistaremos este título, lo que nos enorgullecería mucho», afirma. «Este es un encuentro diferente, con una preparación diferente, una mentalidad diferente, todo es diferente. Y llegaremos muy concentrados. Es el partido del año para todos nosotros», añade.
Tigrinho disputó la final de 2022 con el Athlético Paranaense. Fue el ‘rookie’ de una competición en la que presentó sus credenciales, que le sirvieron para que el Barça lo fichara. Cayó ante el Flamengo (1-0), en Guayaquil. En esta ocasión, el escenario es distinto. Tiene galones y forma parte de una plantilla con capacidad para tutear y doblar al Flamengo.