Para muchos y después de lo que hizo en su primera temporada en el Real Madrid, 23 goles y 13 asistencias, es el centrocampista total. Para otros, un jugador tan bueno como inclasificable, mitad centrocampista, mitad delantero. Y para Xabi Alonso, una bendición y un quebradero de cabeza al mismo tiempo. La ubicación del inglés, ex del Borussia, ha ocupado desde que llegó mucho tiempo en la cabeza del técnico tolosarra, que empezó la temporada diciendo que le veía más “como un centrocampista” y que sin embargo ha terminado acercándolo al gol, poniéndolo por detrás de Mbappé.

Bellingham hace pensar a Xabi

Después de la operación a la que fue sometido en el hombro, la presente está siendo una temporada anómala para el internacional inglés. Acortando mucho los plazos de recuperación establecidos fue convocado por primera vez para el quinto encuentro de la temporada, el primero de Champions, ante el Marsella, el 16 de septiembre.

Pero no jugó. Tan sólo acumuló un puñado de minutos (1’ y 19’ respectivamente) ante Espanyol y Levante antes de ser titular, por sorpresa, en el Metropolitano. La estrepitosa derrota (5-2) le puso en el centro del debate. Xabi pudo haber adelantado demasiado su primera aparición en el once inicial.

Desde entonces Bellingham ha jugado todos los encuentros. Y todos como titular a excepción de dos, el del Kairat y el último ante el Olympiacos. Este, el último, rodeado además de un cierto misterio, pues extrañó que jugara Jude unos minutos en la segunda parte cuando previamente había trascendido que comenzaba en el banquillo por unas molestias musculares en el sóleo. Corrió, en cierto modo, un riesgo innecesario, pues acababa de marcar Mbappé el cuarto y el partido iba 2-4.

Xabi ha terminado acomodando el sistema a un 4-2-3-1 para acercar a Bellingham al gol y reducir los metros que tenía que recorrer cuando jugaba en el centro del campo, más pegado a la banda izquierda. El inglés, como suele hacer, no defrauda mirando a puerta. Han sido cuatro los goles que ha marcado en los últimos siete partidos en que ha sido titular, incluyendo el que salvó el empate ante el Elche, el de la victoria ante la Juve o el primero del equipo en el Clásico. Pero ahora, el giro táctico de Xabi ante el Olympiacos, en el que dispuso un 4-3-1-2 (con trivote), requiere un replanteamiento de la situación.

Detrás de los delanteros

El cambio, en principio, no afecta a Bellingham, que puede seguir jugando en la mediapunta, en este caso por detrás de los dos delanteros, ahora con Vinicius junto a Mbbapé. Pero eso puede sacar de la ecuación a Güler a no ser que Xabi se decida a poner al turco en el trivote junto a Tchouameni y Valverde.

En este caso es Camavinga el que se caerá del once. La pregunta del millón, ¿dónde va a jugar Bellingham? parece estar resuelta desde hace tiempo. La mediapunta es para él. Juega más centrado (y menos obligado en defensa) de lo que lo hacía con Ancelotti. Pero el último cambio táctico de Xabi obliga a volver a asentar las piezas, incluida la suya.

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