La industria de la memoria ha entrado en un escenario límite que
nunca habíamos visto hasta ahora y que esta misma semana avisamos
de que podía pasar, y ha pasado. La demanda explosiva derivada de
la Inteligencia Artificial ha vaciado el mercado hasta tal punto
que 2026 está completamente vendido: no queda
memoria disponible, toda la capacidad de DRAM y NAND está
reservada y las negociaciones de suministro se han desplazado directamente a
2027.
El panorama es tan extremo que varios proveedores están
recibiendo ofertas por adelantado para cerrar contratos que
bloqueen producción hasta 2028, porque los grandes actores saben
que quien no tenga memoria asegurada se quedará fuera de la carrera
de la IA. Lo que estamos viendo es una alteración total de
las reglas del juego. ¿Cómo hemos llegado al punto en el
que ni pagando sobreprecio hay forma de garantizar DRAM o NAND en
2026?
Sin memoria DRAM ni NAND Flash en 2026, todo reservado, nadie
se quiere quedar fuera y colapsar
La respuesta está en la acumulación simultánea de tres factores.
Primero, la demanda de memoria para IA ha crecido más rápido que
cualquier previsión. Segundo, los Centros de datos que dan
servicio en la nube, impulsados por la escalada de modelos
LLM, están comprando por encima de su consumo real con el
objetivo de aumentar inventarios estratégicos.
Y tercero, los fabricantes no pueden ampliar capacidad en los
plazos que la industria necesita, lo que deja el mercado totalmente
tensionado hasta 2027 como mínimo. El problema es que ya se
habla de 2028, justo lo que hablamos que pasaría este
mismo lunes.
A mediados de 2025 ya se vio el primer síntoma: los
CSP iniciaron una carrera de compras que dejó a
los proveedores sin margen de maniobra. En pocos meses, la
capacidad de 2026 quedó reservada al completo. La
situación alcanzó tal nivel de estrés que las compañías más grandes
comenzaron a exigir contratos de más de 1 año.
Hoy ya están negociando directamente suministro para
2027 e incluso 2028. No buscan comprar más, buscan
asegurar que su infraestructura no colapsará por falta de memoria.
La memoria se ha convertido en un arma estratégica y la prioridad
es cerrarla antes que nadie.
Los compradores ya no pueden negociar, ha pasado a ser meros
actores: Samsung, SK Hynix y Micron tienen el control de los
precios
Este movimiento provoca una consecuencia inmediata: los
vendedores recuperan la capacidad de fijar precios, y por lo tanto,
el mercado entra en un ciclo donde la escasez, no el coste,
define las tarifas. Para 2026, la subida está garantizada
y los analistas del sector anticipan que los precios podrían
aumentar hasta un 50% en los próximos 6 o 9 meses. Una locura a
todas luces.
Los contratos a largo plazo se firman muy por debajo del precio
spot actual, pero incluso así están empezando a incluir primas
adicionales. Si alguien quiere memoria en 2027, tendrá que
pagar más que en 2026, parece casi una subasta.
Los CSP que buscan prioridad están ofreciendo incentivos
extraordinarios. Hay propuestas de prepago, financiación para la
compra de equipos y compromisos multianuales vinculados: volumen de
2026 más volumen objetivo de 2027 en la misma negociación. Aun así,
solo entre un 30% de los CSP ha conseguido contratos a
largo plazo. El resto tiene que pelear suministro
trimestre a trimestre, e incluso algunos no pueden asegurar la
disponibilidad a 30 días vista.
Los datos de los fabricantes confirman que no habrá ayuda a
corto plazo. SK Hynix no ampliará NAND en 2026 y concentra toda su
inversión en HBM y DRAM en la fábrica M15X, que
solo empezará a producir a principios de 2026. Samsung y
Micron tampoco tendrán capacidad adicional relevante antes de
2027, y en el mejor de los casos las nuevas líneas no
aportarán producción significativa hasta finales de ese año por los
plazos de instalación y ramp up. El resultado es obvio: 2026 está
completamente vendido y 2027 llegará demasiado justo para corregir
el problema.
La tensión alcanza también a la NAND. Según fabricantes como
Phison, los precios ya están disparados y aun así hay proveedores
que directamente responden que no tienen producto. Se está dando la
situación más extrema posible en un mercado de semiconductores:
clientes con efectivo en mano que no logran encontrar stock en
ninguna parte.
Por lo tanto, y resumiendo, la producción de 2026 está
agotada. La de 2027 se está negociando ahora, y si el
ritmo de la IA no afloja, 2028 seguirá el mismo camino. Un
escenario inédito que obliga a replantear inversiones, depender
menos del spot y anticiparse en un mercado donde ya no se compra,
se reserva, y tener mucho dinero no garantiza
absolutamente nada.