Jaume Munar no ha podido llevar la final de la Copa Davis al dobles y ha caído frente al numéro 1 italiano, Flavio Cobolli, por 1/6 7/6 (5) 7/5 en 2 horas y 57 minutos de juego. El número 36 del mundo se enfrentaba al 22 con la presión añadida de que si perdía Italia revalidaba el título conseguido hace un año en Málaga. En el primer partido de la final, Pablo Carreño había caído frente a Matteo Berrettini por 6/3 6/4. Munar se medía a un jugador al que había vencido hace apenas un mes sobre una superficie parecida. La Copa Davis es una competición diferente donde muchas veces el ranking se ha igualado dependiendo de cómo afronte la tensión el jugador.
El tenista de Cala Figuera, conocido en las redes como el ‘Mágico Munar’, no tardó en destapar el tarro de las esencias y tras una defensa descomunal con 30-30 en el segundo juego, lograba el primer ‘break’ del partido tras un gran revés paralelo, un golpe que en ese inicio del partido le estaba dando muchos réditos. Munar bordaba el tenis ante la incredulidad de los ‘tifosi’ y lograba el segundo ‘break’ del set para poner el 4-0 en el marcador.
Cuando en Marbella sucumbió ante el danés Moeller, el mallorquín dijo que la derrota le había servido como experiencia y como el chico avispado que es tomó buena nota y tanto con Lehecka como contra Zverev, aunque perdiera, se había visto a un jugador diferente. Y en el quinto juego, parecía que el italiano reaccionaba, pero Munar, tocado por una varita mágica, salvaba hasta cinco bolas de rotura para situarse a un juego de conquistar el primer parcial. Cobolli evitó el ‘rosco’ pero en el siguiente juego Munar siguió firme para llevarse la primera manga por una inapelable 6/1 con un ‘drive’ paralelo a bote pronto que lo hubiera firmado el mismísimo Nadal con los ojos cerrados, colocando a España a ‘sólo’ un set de llevar la final al dobles.
La duda estribaba en ver si Munar iba a seguir manteniendo este nivel estratosférico en el segundo set. Y en el primer juego el guión no cambió y lograba romper de nuevo el servicio de su rival, impotente ante el juego desplegado por el español, que volaba y a la vez flotaba por la pista del Super Tennis Arena de Bolonia. Cobolli pudo sin embargo restablecer la igualdad tras un parón por una indisposición de un espectador que obligó a parar el partido diez minutos. TY por primera vez el transalpino se colocaba por delante en el marcador. El partido llegaba a un tramo en el que cada protagonista mantenía sin muchas dificultades su servicio a la par que subía la temperatura en la pista y en las gradas con algunos piques entre ambos jugadores que daba aún más emoción a un encuentro cuya tensión subía enteros a cada punto que pasaba. Mención aparte merecen los globos, tanto ofensivos como ofensivos del mallorquín, que anulaban algunas subidas a la red de su oponente.
El set llegaba a los juegos de la verdad. Con 4-4 en el marcador, Munar no pudo aprovechar un 15-30 y Cobolli le obligaba a ganar su saque para seguir vivo en este segundo parcial. Aparentemente el mallorquín no sintió la presión y se anotó el juego en blanco, aunque el italiano le respondió también con solvencia en su turno. Y con 6-5 Munar Munar salvó hasta cuatro bolas de set apoyado en su servicio para llevar el set a la muerte súbita. La derecha marcó diferencias en el juego decisivo y Cobolli se colocó con un casi definitivo 6-3 que Munar alargó hasta 6-5 pero el italiano cerró el set con un gran paralelo invertido que celebró como si ya hubiera ganado el partido y la final. Pero aún quedaba el tercer set.
Munar intentaba ser un poco más agresivo en sus golpes. Sobretodo con el resto, para evitar que Cobolli le dominara con el ‘drive’ e iba sacando sus turnos de saque con relativa facilidad dado el momento del partido, aunque Cobolli también se mostraba infranqueable. Se colocaba Munar con 5-4 y con aparentes mejores sensaciones que su oponente, que tenía la presión de mantener su saque para seguir vivo en el partido. Pero Cobolli no falló y con 5-5 Munar no pudo sujetar los golpes del italiano y cedió su saque. La losa era demasiado pesada y Cobolli certificó la remontada en el partido con un juego en blanco y por consiguiente un nuevo título de la Copa Davis para Italia.