Hablar de Javi Salgado es hablar de Bilbao Basket. De baloncesto puro. Del antiguo, del clásico de los años 2000, y del presente, donde sigue siendo protagonista el de Santutxu. Presente en los tres ascensos del club, ahora disfruta de su nueva etapa en los banquillos, primero junto a Mumbrú y ahora al lado de Jaume Ponsarnau. De todo este recorrido hablamos con él.

Gigantes: Javi, ahora habrá lectores que cojan esta revista y que están acostumbrados a que siempre haya habido baloncesto de primerísimo nivel, de élite, en Europa, aquí en Bizkaia. ¿Cómo les hacemos entender que esto no era así hace unos años?

Javi Salgado: Yo puedo contar que cuando yo tenía 15, 16, 18 años, ni siquiera había baloncesto de ACB en Bizkaia. Lo máximo que había era Liga EBA y en los primeros años del Bilbao Basket en LEB 2 o Plata, en La Casilla venían 500, 600, 800, 1000 personas a vernos, no había más.

Gigantes: Contado ahora, parece algo increíble.

J.S.: Sí, sí, visto ahora cuesta creerlo, pero así era. Tuvimos la suerte de hacer bien las cosas desde los despachos y en la parte deportiva. La gente se fue enganchando, porque siempre hubo afición aquí desde la época del Caja Bilbao. Y la gente se volvió a enganchar con este proyecto. El equipo fue para arriba: en el primer año de Txus Vidorreta, segundo año de historia del club, ascendimos a LEB. Ahí estuvimos un par de años y en muy poco tiempo ya estábamos jugando en ACB contra el Madrid, el Barça, el Baskonia…

Gigantes: Claro, y todo eso que ahora lo decimos de carrerilla, la LEB, el ascenso, y la ACB. Pum. Pero vosotros que estabais ahí, ¿fue progresivo o en algún momento os disteis cuenta de que esto iba en serio? Porque fue algo tan rápido…

J.S.: A ver, es verdad que el club se creó con la idea de llegar a ACB, pero nadie pensaba que en tres o cuatro años estaríamos ahí subiendo dos categorías. Fue todo muy rápido. Con Txus ya ganábamos muchos partidos, estábamos ahí. En el primer año de LEB ya acabamos cuartos o quintos en liga regular y en el segundo conseguimos el ascenso. Recuerdo proyectos como el de Zaragoza, que llevaba 6, 8, 10 años con presupuestos altísimos, grandes jugadores fichados, y no subían. Sabíamos que había que pelearlo y no era fácil. Nosotros lo conseguimos muy rápido, pensábamos que tardaríamos cinco o seis años y en el segundo de LEB ya lo logramos.

Gigantes: Y eso lo habrás dicho muchas veces, pero en los años de Euroliga, de las finales, ¿lo veías con un puntito de estando fuera envidia? Habiendo estado aquí desde los inicios. ¿Cómo lo viviste todo eso?

J.S.: Lo viví con mucho orgullo desde la distancia. Aunque jugase en otro equipo de ACB, en el Estu o en el GBC, yo siempre he sido del Bilbao Basket. Cuando jugaba contra Bilbao, peleaba por mi equipo, pero siempre les deseé lo mejor. Cuando jugaron la final de la Liga ACB, Euroliga… lo seguía con atención y con orgullo. Me hubiese gustado estar, claro, pero ya que no pude, al menos lo disfruté desde fuera.

Gigantes: Y en ese momento, ¿con la idea de volver en mente algún día? ¿tenías claro que era una etapa inacabada?

J.S.: Sí. Cuando cambia la directiva, se va Gorka Arrinda y entra Carlos del Campo, me proponen volver, surge la posibilidad y no me lo pienso. Ya estaba al final de mi carrera y quería acabar en casa, con mi familia, mis hijos, en el club que siempre he sentido. Era volver a casa y no lo podía rechazar. Luego llegó el descenso y el ascenso, pero eso es el deporte profesional, nunca sabes lo que puede pasar.
Gigantes: Hemos hablado muchas veces cómo ha cambiado el baloncesto en esta época, en todos estos años. ¿Crees que veremos más bases como Javi Salgado en la ACB actual o ya es imposible porque todo es mucho más físico?

J.S.: Es buena pregunta. Es cierto que cada vez todo es más físico, se buscan bases más fuertes y grandes. En todas las posiciones. Pero si eres buen jugador, tengas el tamaño que tengas, vas a tener espacio. En Euroliga están Campazzo, TJ Shorts… bases pequeños, de mi estatura, que dominan el juego en grandes equipos. Si tienes calidad y talento, tendrás hueco en el más alto nivel.

Gigantes: Has jugado en otras ciudades, en otros equipos… ¿Crees que podía darse lo que pasó en Bilbao en otro sitio o es algo que a veces se infravalora?

J.S.: Creo que lo infravaloramos. Pongo el ejemplo del GBC, donde estuve, la afición se ha ido desconectando con los descensos y ascensos, y les cuesta volver a engancharse y hacer una masa social fiel grande. En el Estu es distinto, tienen una base sólida y numerosa de cantera y afición fiel. Familias, gente de toda la vida del Estu… En Bilbao, eso lo infravaloramos. El sentimiento creo que estaba latente desde el Caja Bilbao y cuando vieron que el proyecto era serio, con buena gestión, la gente se enganchó. La Casilla se quedó pequeña, pasamos al BEC y luego a Miribilla, un pabellón de primer nivel y de un tamaño considerable. De un sentimiento latente cada vez se hizo algo más grande. Y los éxitos acompañaron y ayudaron.

Gigantes: Ahora, cuando estás en el banquillo, con un rol de entrenador y miras ahí tu camiseta colgada, ¿alguna vez te ha tocado decir a algún jugador: “mira lo que construimos algunos, igual no estás dando el 100%”, o “no estás defendiendo los colores como yo lo hacía”?

J.S.: No, no. Nunca tiro de mi pasado para echar la bronca. Si hay que decir algo, o corregir algo, que a veces hay que hacerlo, claro, es por lo trabajado en la semana. Lo que sí me ha tocado alguna vez es decir a los jóvenes, al delegado, al fisio, cuando me vacilan: «Callaos, que estáis aquí gracias a mí. ¿Veis esa camiseta? Estamos aquí gracias a mí», señalando mi camiseta. Pero siempre de broma, de coña, nunca fardando.

Gigantes: Javi, me interesa mucho conocer tu visión sobre esto. ¿Cómo ves el futuro del club de aquí en adelante?

J.S.: Creo que el futuro es bueno. Todavía estamos pagando excesos económicos del pasado, de una época que casi llevó a la desaparición del club y al descenso. Todo acaba saliendo por algún lado. Ahora, con la nueva junta directiva, hay más seriedad y control del gasto mucho más estricto. Cuando acabemos de pagar y el club pueda gestionar lo que genera, habrá más margen para movernos en el mercado y ser más competitivos. Hay que poner en valor el trabajo de Rafa Pueyo, que hace plantillas con un presupuesto bajo y la gente quizá no es del todo consciente de ello. Cuando tengamos más holgura económica, creo que podremos aspirar a más.

Gigantes: Cuesta explicar a veces a la afición que es mejor quedar 14º y estar saneado que 6º y arruinado.

J.S.: La gente no es consciente de los presupuestos que manejan otros equipos en la Liga Endesa. No son públicos y no se investiga. La liga, y la LEB, es cada vez más complicada y todos quieren subir rápido, con grandes contratos. Nosotros sobrevivimos bien dentro de nuestra realidad y eso tiene mérito. Tanto de Mumbrú como ahora de Jaume (Ponsarnau) en estas nuevas etapas.

Gigantes: Para acabar, al Javi Salgado jugador, ¿te gustaba más la ACB de 2005-2006, de las canciones e Nach, los pantalones anchos o la de ahora, más profesional, más tecnológica?

J.S.: A ver, para hacernos una idea. En mi primer partido en ACB tenía enfrente a Calderón y Prigioni en Baskonia. A los dos. Se iba uno y salía el otro. Casi nada. El nivel era altísimo, como ahora, pero distinto. Ahora el juego es más rápido, con más triples. Se fomenta la y se busca la anotación y los cambios de normas lo están fomentando y ayudando. Creo que me habría adaptado bien a esta etapa, porque me gustaba correr, tiraba bien de tres y jugaba bien pick and roll. Me hubiese gustado jugar a este ritmo de ahora.

Gigantes: Algún saque rápido habrías hecho.

J.S.: Seguro, aunque igual no acababa metiéndola yo, pero la asistencia la daba, eso seguro.

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