El balear, que ha regresado a las pistas hace unos días, ha vuelto a repasar toda su trayectoria deportiva, los mejores momentos y los no tan buenos
Un año sin Rafa Nadal y el tenis español le sigue echando de menos por muchos títulos que levante Carlos Alcaraz. Por eso, cuando hace unos días saltó la noticia de que regresaba a las pistas muchos no quisieron perdérselo y buscaron la manera para verle de nuevo pegar raquetazos.
Y para el que se haya quedado con ganas de saber más sobre los motivos de su retirada, el balear no ha dudado en acudir al programa de Movistar+ Universo Valdano para hablar sobre ello y sobre toda su carrera deportiva, donde pasó muy buenos momentos y otros no tanto.
Lo primero que ha hecho ha sido justificar esa vuelta al ruedo: «Jugué 45 minutos con Eala, me pidieron para jugar y yo encantado. Si no tengo que correr, bien. A través de la academia sigo implicado y veo lo que me apetece ver. No sigo el día a día como antes. Ahora veo los partidos o momentos que me apetecen ver».
Rafa Nadal vuelve a las pistas de tenis un año después de su adiós
Carlos Alcaraz pide sitio con Nadal, Federer y Djokovic
Sobre su nueva vida, alejada de los focos, confiesa que ha ganado en calidad de vida pero que ha perdido algo irremplazable: «Gané tranquilidad, en el sentido de que, de alguna manera, no sientes esa responsabilidad diaria de tener que rendir. A veces rendir en unas condiciones no aptas. Eso, a nivel humano, personal, te va desgastando y terminas siendo no todo lo feliz que debería ser alguien como yo. Lo malo, al final se ha terminado una etapa que ha sido excepcionalmente bonita para mí, emocionante. Se ha ido algo que realmente me ha apasionado, que es competir al más alto nivel. Esa adrenalina, son cosas que se quedan ahí para siempre».
Cuestionado sobre si tuvo miedo a la hora de colgar la raqueta, el manacorí afirma que no, pero sabía que no sería fácil hacerlo: «Pasé por el respeto que tienes que tener al cambio. Todos los cambios en la vida, como mínimo, te tienen que generar algún respeto a cómo vas a reaccionar ante una nueva realidad, ante una vida que va a ser distinta a lo que estás acostumbrado hacer no solo 20 años de carrera profesional, sino desde que tienes 10 años. El deporte y el tenis ha sido a lo que me he dedicado en plenitud. Estaba preparado porque apuré mis opciones hasta el final. El hecho de haber apurado hasta el final todas las opciones reales que tenía de seguir compitiendo al nivel que a mí me hubiera gustado seguir compitiendo me dio el convencimiento y la tranquilidad de terminar en paz y convencido de que era la decisión que tenía que tomar porque no había más. El tanque estaba ya sin nada».

Y en este mismo sentido, ha confesado cuál fue el verdadero motivo de no seguir jugando: «Intenté apurar mis opciones hasta que realmente no las había. A mí me gustaba lo que hacía. Yo no me retiré por estar cansado de lo que estaba haciendo o sin la motivación necesaria. Yo me retiré porque el cuerpo no me daba para más. Yo seguía siendo feliz haciendo lo que hacía. En la operación me dijeron que tenía opciones de recuperarme totalmente de ello. Tenía que darme un tiempo prudencial para saberlo. Llegó un momento dado en el que me di cuenta que podía competir, pero no con eso al nivel que yo necesitaba para seguir. Llevé mi carrera al límite, lo más lejos que la podía llevar».

También ha tomado temas de actualidad en dicha entrevista, como la comparación entre el Big Three y la rivalidad Sinner-Alcaraz que existe hoy: «Lo positivo de nuestra época es que hemos terminado nuestras carreras y podemos ir a cenar juntos sin ningún problema. Esto es algo por lo que sentirse orgulloso. Hemos competido por las cosas más importantes, pero no las hemos llevado al extremo. La rivalidad se ha quedado en la pista y las relaciones personales siempre han sido de respeto, admiración y hasta una cierta amistad hacia los rivales. Me siento feliz de haber podido ser parte de esta historia. Sin quitarles ningún mérito a Sinner y Alcaraz, que quieren hacer las cosas bien, creo que nosotros (el Big 3) hemos contribuido a que las nuevas generaciones puedan pensar que se puede ser un competidor feroz sin necesidad de odiar al rival. Se puede tener una relación no de amistad, pero óptimas. Es un buen legado que dejamos».
Rafa Nadal sienta cátedra sobre quién fue mejor: ¿Roger Federer o Djokovic?
Y, entre otros temas, también comentó el tema de sus rituales en la pista: «No soy una persona muy supersticiosa, prácticamente nada. Contrariamente a lo que se puede pensar, fuera del tenis yo no tengo ninguna rutina o ritual. Todo eso se quedaba en la pista y en competición. Necesitaba eso. Ojalá pudiera alcanzar ese nivel de concentración sin las rutinas. Yo no las tenía tan marcadas en el inicio de mi carrera. El tenis te exige y te come por dentro. Sales cada día a la pista sabiendo que por la noche puedes estar volviendo a casa».