El militar venezolano Milton Gerardo Revilla, retirado forzosamente del Ejército chavista, según denuncia, por haber participado en una investigación interna sobre las vinculaciones entre miembros de ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para la formación en técnicas de guerrilla, está … dispuesto a desvelar toda la información que conoce al respecto y en los próximos días visitará España, entre el 3 y el 11 de diciembre.

De la mano de la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia (DyJ), presidida por Daniel Portero, el exmiembro de las fuerzas especiales venezolanas trata de reabrir la causa de la Audiencia Nacional en la que se investigó la vinculación entre la banda terrorista y el grupo guerrillero a partir del año 2000, año en que ETA mató a 23 personas, el mayor número de asesinatos desde 1992.

En marzo del año pasado, Milton Gerardo Revilla presentó un documento ante el Juzgado Central de Instrucción 6 en el que se ofrecía a contar lo que sabe. «La Fiscalía se ha opuesto a reabrir la causa y el juez sigue su criterio. Milton es la prueba viviente de que los etarras enseñaron a las FARC el manejo de bombas lapa», trasladan desde Dignidad y Justicia a ABC, porque -según el citado documento- el militar fue apartado de sus funciones tras denunciar los hechos por orden de Hugo Carvajal Barrios, exjefe de la Inteligencia chavista entregado por España a Estados Unidos, donde está acusado de narcotráfico y tráfico de armas.

«Entre los meses de octubre y noviembre de 2000 registré el paso de los ciudadanos José Arturo Cubillas Fontán e Iñaki de Juana Chaos por el puesto fronterizo, acompañados por el comisario Luis Castillo de la dirección general contra la Inteligencia militar de Venezuela (DGCIM) y los ciudadanos Nelson Pinilla Daza y Aldemar Pinilla Daza (miembros de las FARC) en dirección al campamento que el Frente 33 de esta agrupación narcoterrorista tenía en el sector del Catatumbo Colombo Venezolano», relató Milton Revilla en el documento entregado el 10 de marzo de 2022.

Revilla investigó las entradas de etarras junto a miembros de la guerrilla bolivariana en Venezuela en la década de los 2000

«Labores de Inteligencia realizadas por mi persona con la colaboración de la Guardia Nacional de Venezuela determinaron que los ciudadanos antes mencionados participaban en intercambios de instrucción, entrenando a miembros de la guerrilla colombiana en la elaboración y uso de explosivos y operaciones terroristas urbanas; posteriormente, en el año 2002, se sumó un miembro de la organización Hizbolá», continuaba.

El etarra Arturo Cubillas trabajó para el Gobierno de Hugo Chávez desde 2005 y Venezuela también ha dado protección durante décadas a De Juana Chaos, a quien España reclamó extraditar en 2015, sin éxito puesto que no se encontraba en ninguna cárcel del país latinoamericano.

Según Milton Revilla, ese seguimiento de Inteligencia militar que realizó ayudó a determinar que «los miembros de estos grupos terroristas en la frontera colombo-venezolana estaban siendo beneficiados con identificaciones oficiales de Venezuela para evitar el control de las autoridades chavistas contrarias a estas prácticas y cubrir sus identidades incluso de las autoridades de Colombia».

Él puso en conocimiento de las autoridades venezolanas estos hechos desde el año 2002. Se dirigió al Ministerio del Interior, a Defensa, incluso a la Presidencia de la República. «Sin embargo, los registros operacionales fueron puestos a resguardo de la DGCIM por solicitud de estas y la relación que existía entre miembros de la Fuerza Armada de Venezuela, el Secretariado de las FARC y el Gobierno de Venezuela», relata.

Milton Gerardo Revilla Soto, en otra imagen antigua y cedida

Milton Gerardo Revilla Soto, en otra imagen antigua y cedida

abc

El exmilitar aseguró ante la Audiencia Nacional, en el documento consultado por ABC, que la investigación realizada por miembros de Inteligencia de la Guardia Nacional de Venezuela «arrojaron como resultado que algunos miembros de ETA en Venezuela, entre los cuales se mencionan José Arturo Cubillas Fontán, Goizeder Odraizola, Azier Guridi Zaloña, Ignacio Echeverria Landazabal e Iñaki de Juana Chaos, se encuentran trabajando en forma directa con el ciudadano Elías Jaua Milano, Ministerio del Despacho de la Secretaría de la Presidencia, con estatus de ‘agente especial’, lo que los exime de cualquier acción policial, administrativa o judicial en su contra’ y que ‘constantemente realizan viajes de intercambio político, de Inteligencia y militar en la República de Cuba’», en referencia a los primeros años de los 2000, con Hugo Chávez al frente del régimen bolivariano.

«Retiro forzado»

Los trabajos realizados por el militar conllevaron su «retiro forzado», según relata él mismo, de la Fuerza Armada Revolucionaria de Venezuela, por orden de «los generales Raúl Isaías Baduel y Jorge Luis García Carneiro a petición del general Hugo Carvajal, coordinador de las actividades de tales operaciones del narcotráfico y el terrorismo en Venezuela para desestabilizar al Gobierno de Colombia», en esos años primero gobernada por Andrés Pastrana y, posteriormente, por Álvaro Uribe.

El militar denuncia que fue procesado y torturado por el jefe de la Inteligencia chavista, Hurgo Carvajal, para evitar que hablara

Revilla tuvo en 2011 la condición de testigo protegido en el sumario 75/09 de la Audiencia Nacional sobre la relación entre ETA y las FARC y por eso insiste en reabrirla, asegurando tener pruebas de dichas vinculaciones y de que «miembros de la Dirección General contra la Inteligencia Militar (DGCIM), bajo el mando de Hugo Carvajal, a petición de ETA y las FARC, obraron para mi detención arbitraria, procesamiento judicial fraudulento y torturas a efectos de desacreditarme como testigo ante esta instancia». Ahora está fuera de Venezuela y reside en Estados Unidos.

Ante la corte de DDHH

En julio de 2011, con dicha condición de testigo protegido, Revilla se presentó en la embajada de España en Caracas «a fin de obtener el apoyo del embajador y lograr, mediante rogatoria diplomática, mi comparecencia en el juzgado español. Después de una larga espera y según comentario del secretario privado del embajador español, tras varias llamadas fui conminado forzosamente a abandonar la sede de la embajada. Nunca más se me permitió el acceso a dicha sede diplomática», denuncia.

Posteriormente, según asegura, fue «procesado judicialmente en Venezuela para evitar mi comparecencia ante este tribunal de Instrucción y torturado por órdenes de Hugo Carvajal Barrios a efectos de lograr una confesión que conllevara mi desacreditación en dicho sumario». Denunció los hechos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, asunto que está «pendiente de audiencia de juicio» y ya con Hugo Carvajal en manos de las autoridades estadounidenses, insiste en comparecer en España para contar lo que sabe.