La derecha volvió a salir a la calle este domingo para protestar contra Pedro Sánchez, pero, según el analista de comunicación política Javier Sánchez, lo hizo repitiendo un patrón que ya no moviliza y que, incluso, podría estar desgastándola. «El PP volvió a salir a la calle contra Pedro Sánchez. Y volvió a cometer el mismo error: construir toda su estrategia contra alguien, no a favor de algo», afirma en ‘X’. «Llevan dos años pidiendo la caída de un Gobierno que no cae. Y eso solo genera frustración», agrega.
Cada nueva convocatoria en la calle, asegura, refuerza la imagen de un PP impotente. «En comunicación política, insistir en un enemigo que resiste no desgasta al adversario: desgasta al que grita. Cada nueva manifestación confirma la idea de un PP impotente, atrapado en un bucle emocional que ya no moviliza», explica.
En el otro extremo, sostiene, Pedro Sánchez ha logrado justo lo contrario: mantener una posición estable en el centro del tablero político. «La oposición vive instalada en la expectativa del “ya caerá”. Pero Pedro Sánchez no se cae: se consolida. Mientras el PP reacciona, él ocupa el centro del tablero con una estrategia fría, calculada y resistente».
Para el analista, el fallo del PP no está en la táctica, sino en el relato. «El mayor error del PP no es de táctica, sino de relato. No tiene uno. No propone una visión de país, sólo una negación del actual. Y la gente no vota para echar a alguien, vota para construir algo nuevo.» «Las manifestaciones sirven, paradójicamente, para rearmar al PSOE. Cada vez que la derecha toma la calle, la militancia socialista siente que hay que cerrar filas. La épica de resistencia se refuerza», añade.
Y es que, las manifestaciones, según su lectura, tienen un efecto paradójico. «Mientras tanto, la militancia popular se desgasta: repite el mismo ritual sin resultados visibles. Y esa frustración no se traduce en fidelidad, sino en desafección. Un espacio emocional que Vox capitaliza con facilidad»
«El PP debería asumir, ya que Sánchez no se va a ir. Y a partir de ahí, construir un nuevo país: un proyecto, una identidad, una emoción. Porque la política del “que se vayan” sólo funciona cuando alguien ofrece un “a dónde”. Y hoy, nadie en Génova lo está ofreciendo», sentencia el analista en su hilo.