Viajar en Navidad es todo un encanto y más si se hace a partir de los 60 años. A esa edad se buscan otro tipo de experiencias de las que poder disfrutar: calles que se puedan recorrer sin grandes agobios, tranquilidad, calma o ciudades que estén llenas de historia. Europa siempre es una buena opción. Es aquí donde encontramos cientos de opciones maravillosas. Uno de los grandes atractivos durante esta época son los mercados navideños que se llenan de luces, ricos platos típicos y adornos para casa. Si a eso le acompaña una ciudad en la que descubrir la cultura propia del lugar, estamos ante el destino perfecto.

Cinco destinos para viajar en Navidad a partir de los 60 años

Uno de esos destinos ideales para viajar durante estas Navidades es Tallin (Estonia). Lo primero que debes saber sobre este lugar es que su casco antiguo es uno de los mejor conservados de Europa. Ahí puedes encontrar edificios medievales en los que perderte. Sus calles se llenan de dulces de canela y vino caliente en estos días. En la Plaza del Ayuntamiento es donde se instala un mercadillo con casetas de madera donde se pueden adquirir artículos de artesanía, comida local o gorros de lana. 

Un gran árbol de Navidad preside el lugar y durante estas semanas también se celebra un festival de jazz. Detrás de la iglesia de San Nicolás, los más atrevidos, pueden disfrutar de una agradable velada en la pista de hielo. A pesar de que las temperaturas son frías y la nieve suele ser la gran protagonista, se puede subir a los miradores de la colina de Toompea que ofrece la mejor vista del casco histórico, rodeado con su muralla y los torreones.

Cracovia (Polonia) es otra ciudad en la que perderse. Estamos ante una de las ciudades más baratas de Europa. En Navidad, es imprescindible recorrer su casco histórico, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978. Las luces y los villancicos, además del olor a galletas de jengibre, son los compañeros de este agradable paseo. 

Descubrir la colina de Wawel, pasear por la Plaza del Mercado, donde se encuentra el mercadillo de Navidad, ver la Basílica de Santa María o la Torre del antiguo Ayuntamiento, son algunas de las actividades que no pueden faltar en esta visita. 

Otro lugar imprescindible es Riga (Letonia). En el corazón de su centro medieval se puede disfrutar de un encantador mercado navideño que se instala en Dome Square. Uno de los encantos de la capital letona es que deslumbra por su arquitectura art nouveau y por un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Descubrir pintorescos rincones, pasear por calles coloridas, visitar imponentes catedrales y degustar los mejores sabores en sus encantadores cafés, son algunas de las actividades que no pueden faltar en este viaje. 

Los que prefieren apostar por un destino más cercano pueden cruzar la frontera a Portugal. En el país vecino se puede vivir el ambiente navideño sin grandes aglomeraciones. Oporto es la ciudad perfecta para ello. La ciudad tiene un mercado de navidad que llena el centro de artesanía, dulces típicos y todo tipo de comida. Tampoco falta la casita de Papá Noel, una pista de patinaje y hasta un tiovivo.

Bañada por el río Duero, es un lugar en el que se puede pasear por la Ribeira al atardecer, subir a la Torre de los Clérigos, ir al Mercado del Bolhao, ver una maravillosa puesta de sol en el puente Luis I, comer un bacalao a brás o una francesinha o beber una copa de vino de las bodegas de Vila Nova de Gaia.

Y por último, Núremberg (Alemania) es el destino europeo por excelencia en Navidad. Aquí el Christkindlesmarkt está considerado como el mercadillo más antiguo de nuestro continente. El casco antiguo se convierte en un cuento con 180 casetas de madera con toldos rojos y blancos, cientos de adornos navideños, puestos de pan de jengibre, juguetes para los más pequeños y puestos de salchichas a la parrilla. También puedes aprovechar para visitar el castillo o el Handwerkerhof (Patio de los Artesanos), donde podrás ver a los artesanos trabajando en su oficio.