Con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra este 1 de diciembre, bajo el lema, «Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida», ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) ha alzado, de nuevo la voz, para advertir del riesgo que corren, actualmente, los servicios …



Con motivo del Día Mundial del Sida, que se celebra este 1 de diciembre, bajo el lema, «Superar las disrupciones, transformar la respuesta al sida», ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida) ha alzado, de nuevo la voz, para advertir del riesgo que corren, actualmente, los servicios de prevención del VIH y destacar el impacto que los recortes de financiación de los donantes internacionales han tenido en la respuesta al sida. Todo ello puede traducirse en 3,3 millones de nuevas infecciones por VIH adicionales entre 2025 y 2030.

Actualmente, 40,8 millones de personas viven con el VIH en todo el mundo, 1,3 millones de nuevas infecciones ocurrieron en 2024, y 9,2 millones de personas aún no acceden al tratamiento. Sin embargo, se han detectado importantes reducciones en el acceso a medicamentos para prevenir el VIH (la profilaxis preexposición, conocida como PrEP) y fuertes descensos en la circuncisión médica masculina voluntaria para la prevención del VIH han dejado una creciente brecha de protección para millones de personas, según información de ONUSIDA.

A ello se suma el desmantelamiento de los programas de prevención del VIH diseñados con y para mujeres jóvenes ha privado a las adolescentes y mujeres jóvenes de servicios de prevención del VIH, salud mental y violencia de género en muchos países. Esto, según dicho organismo, aumenta aún más su vulnerabilidad: ya en 2024 se registraban a nivel mundial 570 nuevas infecciones por VIH cada día entre mujeres jóvenes y niñas de 15 a 24 años.

Por todo ello, ONUSIDA reclama un nuevo enfoque transformador para mitigar los riesgos y buscar nuevas vías para alcanzar nuevos objetivos que han sido plasmados en una nueva estrategia 2026-2031, cuyo lanzamiento coincide con la celebración del Día Mundial, y con la que se pretende establecer pasos de acción estratégica para garantizar que el liderazgo comunitario sea reconocido, fomentado y adecuadamente apoyado.


Además, desde dicho organismo se insta a los líderes mundiales a: reafirmar la solidaridad mundial y el multilateralismo, incluidos los compromisos contraídos en la Cumbre de Líderes del G20 celebrada en Sudáfrica; mantener y aumentar la financiación para el VIH, especialmente para los países más dependientes de la ayuda externa; defender los derechos humanos y empoderar a las comunidades, que siguen siendo fundamentales para el éxito de las respuestas al VIH; e invertir en innovación

Tecnología a favor del VIH

Precisamente, se pretende que la innovación gane impulso, con el convencimiento de que esta tiene el potencial de hacer que los recursos limitados rindan más y maximicen el impacto en salud pública de las inversiones en VIH. 

En los últimos años, la aparición de regímenes de PrEP inyectable de larga duración como complemento de la PrEP oral diaria ha revitalizado la respuesta al VIH. Proporcionar 2 millones de personas-año de PrEP inyectable bianual a personas de poblaciones que enfrentan la mayor incidencia de VIH podría prevenir 50 000 nuevas infecciones por VIH en tres años.

Asimismo, se pone el foco de atención en las herramientas digitales para la atención sanitaria, incluyendo historias clínicas electrónicas; telemedicina, salud móvil y otras innovaciones digitales de prestación de servicios; y visualización de datos y otros métodos que permiten una toma de decisiones estratégica y oportuna en políticas y programas de salud.

Por otra parte, la irrupció de la inteligencia artificial puede ofrecer diversas oportunidades para mejorar los resultados del VIH y optimizar el retorno sanitario de las inversiones en esta afectación Una revisión sistemática de la evidencia disponible en 2025 encontró que la inteligencia artificial ya está mejorando el alcance y el rendimiento de una amplia gama de programas de tratamiento y atención del VIH.

En definitiva, ONUSIDA considera que los países deben realizar cambios radicales en la programación y financiación del VIH. La respuesta mundial al VIH no puede depender únicamente de los recursos nacionales.» El sida no ha terminado y, dado el entorno actual, se necesita un nuevo enfoque transformador para mitigar los riesgos y ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos», se concluye desde Naciones Unidas.