Lance-Amir Paul ya entrena con sus nuevos compañeros del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, aunque el club todavía no ha anunciado oficialmente su fichaje, que fue adelantado el domingo por este diario. En una evidente ingenuidad en estos tiempos, se pretendía hacerlo público lo más tarde posible para pillar de sorpresa al Círculo Gijón -precisamente el anterior equipo del jugador- el próximo sábado. Era algo casi imposible de lograr y ahora en lo que toca centrarse es en integrar al base jamaicano lo mejor posible para que aporte desde el primer día.

Entre los detalles que van trascendiendo de la operación hay uno que destaca poderosamente: Paul ha firmado un contrato que puede ser rescindido al final de cada mes y que solo será fijo a partir del 28 de febrero. A esas alturas espera ser ya imprescindible en el Multiusos, donde se asegura que ha llegado con una ilusión.

En el equipo y en la propia afición también hay una gran expectativa de que su presencia pueda suponer un refuerzo en las áreas donde se están arrastrando problemas. Particularmente, en la generación de ventajas tras bote, donde no hay ningún especialista en la plantilla. Todo hace indicar que se trata de un jugador mucho más penetrador que tirador, como indica el hecho de que la pasada campaña lanzase el doble de intentos de dos que de tres. Eso es algo poco habitual para un exterior en el baloncesto actual.

También se le asignará la responsabilidad de subir el balón, compartiendo ya posición con Albert Lafuente y Nico Marina, aunque el primero de ellos podría asomarse al rol de escolta, como ha hecho eventualmente en esta campaña ya.

No un salvador

Pese a todo esto, en el Cáceres ponen de relieve que no se trata de un superhéroe que vaya a cambiar por completo la faz del equipo de un día para otro. Las reservas son evidentes con el formato de contrato que se ha pactado y que, por lo que se asegura, Paul ha aceptado de buen grado, convencido de que triunfará, como hizo la temporada pasada en Gijón, aunque una categoría por debajo, en la Tercera FEB. A la vista de que no hay nacionales experimentados dispuestos a venir, se ha optado por alguien que al menos sí conoce la competición española.

Como se ha publicado, podría no ser la última incorporación antes de que termine el año. Las redes en el mercado siguen echadas para conseguir a un interior que sea polivalente, una misión complicada para la que también se busca buscarle nuevo destino al también jamaicano DJ Foreman. Por ahora no hay remedio que seguir contando con él, pese a que se reconoce que no ha terminado de encajar en un papel que no ha tenido en buena parte de sus experiencias como profesional: la de componente de la ‘segunda unidad’ sin muchos balones. n

Suscríbete para seguir leyendo