desde que fuera detectado a principios del mes de julio, el cometa 3I/ATLAS ha contado con un gran admirador. El reconocido astrofísico de Harvard, Avi Loeb, ha protagonizado un estudio sin precedentes del tercer objeto interestelar que atraviesa nuestro sistema solar. A pesar de la ausencia de peligro procedente de este cometa –que se acercará a 270 millones de kilómetros de la Tierra el próximo 19 de diciembre–, el astrofísico ha señalado a lo largo de estas semanas distintas anomalías que podrían indicar que 3I/ATLAS podría ser una nave nodriza de otra civilización.
«Como ejercicio principalmente pedagógico, en este artículo presentamos un análisis adicional de la astrodinámica de 3I/ATLAS y planteamos la hipótesis de que este objeto podría ser tecnológico y posiblemente hostil. La baja inclinación retrógrada de su plano orbital respecto a la eclíptica ofrece diversas ventajas a una Inteligencia Extraterrestre (IET), ya que le permite acceder a nuestro planeta con relativa impunidad», relató Loeb en una de sus primeras publicaciones.
Este pensamiento se ha ido manteniendo con el paso de las semanas. De hecho, uno de los aspectos más criticados por el experto ha sido el silencio mantenido por la NASA. El cierre temporal de la agencia llevó a Loeb a declarar que estaba «ocultando información» sobre 3I/ATLAS: «Algunos teóricos de la conspiración sugirieron que podría estar relacionada con evidencia de inteligencia extraterrestre en las imágenes de HiRISE. Al ser consultado al respecto, sugerí que la demora probablemente no sea señal de inteligencia extraterrestre, sino más bien de estupidez humana».
Una tenue imagen del cometa 3I/ATLAS observada por la misión SOHO de la ESA/NASA entre el 15 y el 26 de octubre de 2025. El cometa aparece como un ligero brillo en el centro de la imagen.Observatorio Lowell/Qicheng Zhang
Ahora, con la reapertura de la NASA, la visión de Loeb no ha cambiado. En relación a la conferencia de prensa que la agencia dio el pasado 19 de noviembre para explicar las novedades sobre el cometa, al astrofísico no pareció sorprenderle en exceso dichas explicaciones.
«No hubo grandes novedades. La NASA repitió el mantra oficial de que 3I/ATLAS es un cometa natural y que no pudieron procesar los datos hasta hace poco debido al cierre del gobierno. Los representantes de la NASA deberían haber enfatizado lo que no entendemos sobre 3I/ATLAS en lugar de insistir en que se trata de un cometa familiar de un nuevo entorno de nacimiento», señaló en una de sus últimas publicaciones.
De hecho, Loeb argumenta que la agencia no tuvo en cuenta la gran lista de anomalías registradas por el cometa en los últimos meses.
«Los científicos imaginativos dominan la humildad de aprender algo nuevo de las anomalías en lugar de mostrar la arrogancia de la experiencia. En la conferencia de prensa, no se mencionó los 12 enigmas asociados con 3I/ATLAS», detalló.
Ante esta situación, en las próximas semanas telescopios terrestres de mayor tamaño, así como los telescopios Hubble y Webb, podrán caracterizar los chorros de 3I/ATLAS midiendo su composición, velocidad y tasa de carga de masa, arrojando nuevos detalles sobre la peculiar naturaleza de este objeto interestelar.