Ana Román Domínguez fue una asidua de las páginas de Deportes de Diario de Burgos desde 2007 hasta 2015 por los continuos éxitos que cosechaba en competiciones de tenis locales, regionales y nacionales. Y acompañaba sus triunfos con un excelente currículum académico y con un gran afán por mejorar, conocer cosas nuevas, experimentar…, por retarse a sí misma.
Así llegó, a sus 18 años, la beca con todos los gastos pagados para seguir en Estados Unidos ascendiendo en el deporte y cursando la carrera de Business Management (gestión empresarial) en Tampa -400.000 habitantes-, en la University of South Florida. Compitió cuatro años, llegando a ser la número uno del equipo. Gracias a su buen hacer, fue fichada como entrenadora asistente por otra universidad del mismo estado, la de North Florida, con sede en la ciudad de Jacksonville -un millón de habitantes-. Allí hizo el máster en Communication Management with Leadership (gestión de la comunicación con liderazgo).
Como deportista experimentada, entrenadora y gestora graduada, esta burgalesa ha impartido infinidad de conferencias, talleres y clases sobre liderazgo, desarrollo personal, trabajo en equipo, gestión emocional, rendimiento, motivación, etc. Todo ello le llevó a esta alumna del colegio Jesús María y del instituto López de Mendoza (a distancia) a recibir otra beca para hacer el doctorado en Leadership and Administration in Sport (liderazgo y administración en el deporte).
En la actualidad esta mujer activa y apasionada nacida en Burgos en enero de 1997 vive en Jacksonville y trabaja para una compañía de tecnología enfocada al deporte, y ella lleva el apartado del tenis. «Gestiono todos los productos y servicios, desde marcadores, resultados, cuadros, aplicaciones de entrenamiento y jueces árbitros hasta datos estadísticos y gráficas para televisión. Este ha sido mi tercer año yendo a Wimbledon y US Open y en enero iré por primera vez al Open de Australia. Me encargaré de una aplicación para los medios de comunicación con diferentes datos y estadísticas», apunta.
Estudió en Jesús María y el López de Mendoza (a distancia) y es del club de la Deportiva
Ana Román Domínguez afirma que, pese a que su sueño era llegar a tenista profesional, esta experiencia americana le ha resultado valiosísima y muy enriquecedora para su vida personal y su futuro, y le ha abierto puertas que ni sabía que existían, y tiene muy claro que en España hubiera sido imposible hacer ese mismo trayecto formativo, deportivo y laboral.
Necesita la adrenalina del deporte, aunque sea no competitivo, y disfruta también acudiendo a conciertos de todo tipo de música y viajando por EEUU y el resto del mundo.
Destaca de los estadounidenses «su mentalidad abierta y su forma de valorar el esfuerzo». No le gusta tanto «que viven demasiado deprisa, sin tiempo para disfrutar del momento o simplemente desconectar. Si quieres hacer planes con amigos lo tienes que planear con varias semanas de antelación», lamenta.
Admiradora de Nadal y de Alcaraz, Ana Román ha representado a España en categorías inferiores y a sus universidades por todo Estados Unidos. En la actualidad conjuga tecnología, psicología, comunicación y liderazgo para ‘mejorar’ el tenis tanto para los jugadores como para la prensa y el público. Y sigue afrontando retos. Ahora toca escribir un libro. «En ello estoy», dice convencida de que disfrutará y ganará también ese partido.
POR ENCIMA.
Ana Román lleva viviendo en torno al tenis más de dos décadas, la última en Estados Unidos. Pero tiene memoria y agradecimiento. «En Burgos donde más tiempo he pasado es en el colegio y en las pistas de tenis, tanto en Villalonquéjar como en La Deportiva, que es mi club de toda la vida. Ahí es probablemente donde he vivido los momentos más felices», confiesa.
Vuelve a su tierra natal como mínimo en Navidad y desde su país de adopción señala que echa de menos, «además de a la familia y a los amigos, la facilidad que tienes de salir a la calle y tomarte una cerveza o dar un paseo. De ir de tapas o ir andando a todos los sitios… Eso es algo que aquí no se vive. De hecho, sin coche no podría sobrevivir», lamenta.
Pese a que salir de Burgos le abrió muchas puertas, enfatiza que «siempre será mi casa. Si algo me ha enseñado este camino es que se puede llegar muy lejos, pero ningún sitio se va a sentir como casa, y siempre querrás volver. Todo lo que he conseguido hasta hoy viene de la educación, los valores y las raíces que tengo en Burgos».
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