Pedro Sánchez ha desplegado este martes una estrategia en dos planos. El primero, el retórico, el de los gestos, con una sucesión de entrevistas en medios catalanes para sintonizar la frecuencia de Junts. En segundo lugar, el Consejo de Ministros ha pasado de … las palabras a los hechos, movilizando aquellas cuestiones que siguen pendientes y que el Gobierno tiene en su mano materializar.
Exhibiendo una actitud de autoenmienda, casi entonando el ‘mea culpa’, el presidente asume los «incumplimientos» con Carles Puigdemont y se ocupa de revertirlos. En este sentido, se pasa a abonar uno de los peajes que exigían los posconvergentes en el acuerdo de investidura: el Gobierno cederá la gestión de la oferta pública de empleo a Cataluña. Esta misma mañana, el presidente ya había anunciado que iba a seguir devolviendo competencias a la Generalitat, en cumplimiento del pacto que le hizo presidente suscrito entre el PSOE y Junts en 2023.
El anuncio viene a completar el paquete de medidas que el presidente del Gobierno se había ocupado de avanzar en dos entrevistas matutinas, en radio (RAC1) y televisión (RTVE), en clave catalana para reconocer «incumplimientos» con los independentistas y anunciar nuevos ofrecimientos, entre los que se encontraría este anunciado por el ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, tras la reunión gubernamental.
«Consiste en devolver a la Generalitat de Cataluña una competencia que tuvo entre el año 2007 y el año 2013, es decir, en la segunda legislatura de Zapatero», ha explicado López. Fuentes gubernamentales vienen a contextualizar este giro discursivo en el marco de una relación rota con los posconvergentes que se quiere reconducir de cara al futuro para tratar de dar viabilidad a la legislatura.
No es un movimiento que busque resultados a corto plazo, porque se asume que la senda de estabilidad que se vota, de nuevo, en el Congreso la próxima semana no saldrá, pero se quieren restañar los afectos y lanzar señales de concordia, sobre todo después de que Feijóo se dirigiera a Fomet como interlocutor y a Junts criticando sus «tragaderas». «Es un mensaje de segunda parte de legislatura», señalan las fuentes consultadas.
La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha defendido estas cesiones y el acercamiento a Junts asegurando que «van a exprimir» la opción del «diálogo»: «Vamos a seguir en esta dinámica, con todas las dificultades que conocemos». Y ha asegurado que en la «hoja de ruta» del Ejecutivo, está el cumplir con los «compromisos» con «todas las formaciones.
En referencia a los últimos escándalos que cercan al Gobierno y al partido liderado por Pedro Sánchez y a personajes muy cercanos a la cúpula como Santos Cerdán, Ábalos o Salazar, Alegría ha vuelto a defender «la contundencia» con la que, según ella, se actuó en cuanto se tuvieron noticia de los hechos.