El CANE da cobertura a las necesidades básicas de alojamiento, ducha, alimentación y servicio de enfermería para permitir que las personas usuarias puedan descansar y recuperarse y, si lo desean, iniciar un itinerario de acompañamiento con los servicios sociales. El horario de acogida es de 20 a 9 horas, y para acceder hay que inscribirse previamente en el mismo centro en horario de mañana.
Fases de la operación frío
El dispositivo se puede activar en tres fases en función de la evolución de las temperaturas o de fenómenos que están asociados, como el viento, la lluvia intensa o la nieve.
La fase preventiva, que es la que se ha activado ahora, funciona de manera estacional y garantiza un espacio de acogida durante las noches más frías en el Centro de Acogida Nocturno de Emergencias (CANE), en la calle de Ramon Turró, con 100 plazas operativas, 74 para hombres y 26 para mujeres. Si las temperaturas bajan más de lo habitual o coinciden fenómenos como viento intenso, lluvia persistente o riesgo de nieve, se puede activar la fase de alerta, con la que se amplían las plazas y se refuerza la atención en las calles.
La fase de emergencia es el último nivel y se activa sólo cuando el Plan municipal de nieve y hielo entra en fase de emergencia. En este caso, se habilitan nuevos espacios de acogida y se despliegan equipos de refuerzo del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales (CUESB), del SASSEP y de otros servicios municipales, con el apoyo de la Cruz Roja.