Ya solo quiero hacer comedias, ser el Santiago Segura homosexual

Al otro lado del teléfono se le escucha entusiasmado, y tiene motivos para estarlo. Eduardo Casanova estrena este lunes 1 de diciembre Silencio, su primera serie como director, guionista y productor ejecutivo. Como showrunner, que dirían en Estados Unidos. Y con ella comienza una nueva etapa creativa para seguir recorriendo los márgenes de la sociedad con una mirada desenfadada, diferente a la que tuvo en Pieles y La piedad. “En este momento no me siento tan atormentado, denso y pedante”, explica a verTele. A partir de ahora quiere enfocar sus obras desde el humor. “Quiero que la gente se ría. Y además, creo que es más útil para que llegue el mensaje. Quiero ser el nuevo Santiago Segura homosexual”, bromea.

Con esa nueva mentalidad enfocó el guion de Silencio, una pequeña serie de tres capítulos (20 minutos dura cada uno de ellos) en la que pone sobre la mesa el enorme estigma que todavía hoy sufren las personas con VIH y Sida. Lo hace a través de una familia de vampiras que, como los enfermos, se ven obligadas a ocultarse de la sociedad por miedo al rechazo. Y sí, un drama tan descomunal podía contarse desde la comedia ahora que lo ve todo con otros ojos: “Ha salido ese Eduardo que tiene la capacidad de hablar de temas políticos o sociales desde el humor, que es un lubricante increíble”.

Silencio también ha sido un “salto al vacío” desde el punto de vista empresarial. Empezó a trabajar en la serie sin apenas socios, de la mano de Apoyo Positivo, y dio los primeros pasos sin el respaldo de una plataforma, una idea kamikaze para muchos productores. Por suerte, Movistar Plus+ recibió el proyecto con los brazos abiertos: “Ha sido un amor a primera vista, la acogieron al segundo y la han cuidado”, explica orgulloso.

Con el estreno de Silencio culmina un año que ha sido especialmente “intenso” para él por la cantidad de proyectos que ha tenido que compaginar. “Voy arrastrándome, pero bueno, esto es lo que tiene el capitalismo, que no sabemos si trabajamos por placer o por rutina”, lamenta Casanova mientras vislumbra en el horizonte, a principios de 2026, otra intensa promoción: la de Aída y vuelta, la película de Paco León en la que se ha reencontrado con su otra gran familia, aquella que le vio saltar al estrellato entre 2005 y 2014.

Silencio se estrena el lunes 1 de diciembre en Movistar Plus+. La serie está protagonizada por Lucía Díez, Ana Polvorosa, María León, Mariola Fuentes, Leticia Dolera, Omar Ayuso y Carolina Rubio. Eduardo Casanova comparte la producción con Javier Prada (Gamera Studios) y Reyes Velayos (Apoyo Positivo).

¿Cómo te las has ingeniado para tratar desde el humor algo tan dramático?

Pues mira, porque este es el nuevo Eduardo. Así es como yo vivo. A mí me ha pasado de todo en la vida y, a pesar de todo, me he reído y soy gracioso. Siento que las cosas que quiero defender o las cosas que me han pasado han hecho que mis películas anteriores sean muy densas, y ahora estoy en un momento increíble de mi vida, estoy muy feliz, y ha salido ese Eduardo que tiene la capacidad de hablar de temas políticos o sociales (que es algo que está en todas mis pelis), pero haciéndolo desde el humor. El humor es un lubricante increíble, mucho mejor que el que yo utilizo con mi novio.

Al público, que es quien manda, le apetece reírse, no le apetece que le suelten un tostón o una cosa panfletaria. Pero ahí tengo yo una doble moral porque está guay hacer reír al público, pero, por otro lado, también quiero que me cuenten realidades nuevas, como lo que está ocurriendo a día de hoy con las personas con VIH que están invisibilizadas y olvidadas institucionalmente. Pero no quiero ponerme denso, quiero que la gente se ría. Y además, creo que es más útil para que llegue el mensaje. Entonces, ahora estoy en ese modo, ya solo quiero hacer comedias. Quiero ser el nuevo Santiago Segura homosexual.

No quiero ponerme denso, quiero que la gente se ría. Y además, creo que es más útil para que llegue el mensaje

Eduardo Casanova

Dices que la lucha de las personas con VIH está muy invisibilizada. ¿Es algo que has descubierto con este proyecto o que venías observando desde hace tiempo?

Lo he descubierto al escribir este proyecto. Mientras lo escribes, lo financias y lo aprueban te da tiempo a hacer un máster, más aún si lo haces con Apoyo Positivo, que es la productora y, además, una ONG. Al estudiar sobre este tema he flipado, a pesar de ser una persona gay. Me parece una barbaridad que no se sepa que hasta el 2023, que es antes de ayer, una persona con VIH no podía portar armas. A día de hoy no está permitido hacer injertos capilares a personas seropositivas, aunque son indetectables y no pueden transmitir el virus. Hasta hace tres meses era ilegal el trasplante de órganos entre personas seropositivas. Son cosas que se arrastran desde que comenzó esta pandemia a la que se le llamó el ‘cáncer gay’ o la ‘peste rosa’. Entonces, cuando ves la ignorancia que hay alrededor de este tema, que ha provocado una serofobia muy grande en nuestro interior, te das cuenta de que hay que hablar de este tema tan invisible.

Es una pandemia que en sus inicios estuvo muy abandonada institucionalmente, desde la Iglesia diciendo que esto era ‘una bendición divina para acabar con la homosexualidad’, hasta las aberraciones de Ronald Reagan, que no hizo nada por los enfermos de VIH y Sida. Y el número de transmisiones sigue siendo altísimo. La medicación hace que sean indetectables y, por tanto, intransmisibles, pero no transmitir el virus y vivir en silencio… eso es horrible. No puede haber enfermedades que te conviertan en un héroe, y otras que, por estar ligadas al sexo, te conviertan en culpable. Esto es una locura y es algo completamente absurdo, así que es perfecto atajarlo desde el humor.

Y es importante decir que este no es un tema solamente LGBT; una enfermedad no entiende de sexos ni de orientación sexual, pero sí tiene un link con las personas homosexuales.

El paralelismo que estableces entre los enfermos y las vampiras es perfecto. Acabas viendo con otros ojos a estos personajes del cine de terror.

Hay que hacer el ejercicio de empatizar con lo que históricamente se nos ha vendido como ‘apestado’ o ‘monstruoso’. A lo mejor encuentras ahí algo horrible, o a lo mejor no, como me ha pasado a mí. Las vampiras no existen y, por suerte, no he tenido que entrevistar a ninguna de ellas, pero sí he podido hablar con muchas personas con VIH. La empatía es la clave del mundo en el que vivimos. La empatía me ha salvado muchísimo y también me ha hecho rectificar muchas cosas que he hecho. Me ha hecho entenderme. Nos han contado qué es bueno y qué es malo, pero te puedes llevar muchas sorpresas si haces el ejercicio de descubrir por ti mismo qué es bueno y qué es malo. ¿Dónde ponía que los vampiros eran malos? La serie propone que no hay que temer a los monstruos, sino a la falta de información que provoca silencio, sufrimiento y estigma.

Has elegido un tema bastante delicado para tu primera serie.

Pero la serie no es tan complicada.

Requiere mucha sensibilidad.

Sí, totalmente, pero a mí me parecía imprescindible que este tema, que es complejo y que requiere sufrimiento, estuviese contado de una forma ligera y entretenida. Esta es la serie perfecta para ver después de cenar. Es cortita y divertida. Si no fuera así, sería insoportable. Además, España ha aprendido a contar las cosas desde el humor, incluso nuestras desgracias. En la ficción hemos aprendido a reírnos de cosas tan terroríficas como el terrorismo. La solución del estigma pasa por poder normalizarlo, y reírse también normaliza las cosas.

En este momento no me siento tan atormentado, denso y pedante como en otras entrevistas que veo ahora y me río de mí mismo

Eduardo Casanova

¿Cómo ha sido la experiencia de grabar tu primera serie?

Es mi primera serie como creador, guionista y director, como showrunner, pero ya dirigí Nacho, que era un trabajo de encargo.

¿Cómo surgió el proyecto? ¿Tenías alguna plataforma detrás o fue un salto al vacío?

Fue un salto al vacío totalmente. Apoyo Positivo graba una serie de cortos que se llama Indetectables y quería hacer una serie más grande. Yo me uní a su esfuerzo, se unió más gente, más productores, y salió esto. Cuando haces una serie o una película sin una plataforma detrás, venderla es un vía crucis. Pero lo de Movistar Plus+ con Silencio ha sido un amor a primera vista: la acogieron al segundo y la han cuidado. Eso me ha hecho muy feliz porque es la muestra de que Silencio es una serie que funciona y que está respaldada por una plataforma que tiene su sello de calidad. Eso me enorgullece.

¿Y de qué quiere hablar Eduardo Casanova en su próximo proyecto?

Mi próximo proyecto se llama ‘orfidal y cama’. Más que un proyecto de ficción, es un documental que quiero rodar hoy mismo [ríe].

Como hablabas antes de que hay un “nuevo Eduardo”, he pensado que quizá ya tendrías algún tema en mente.

Sí, hay un nuevo Eduardo. En este momento no me siento tan atormentado, denso y pedante como en otras entrevistas que veo ahora y me río de mí mismo: ¿a dónde va este patético? Ahora mismo estoy en un mood muy de comedia, pero siempre mezclándolo con lo sarcástico y el terror. Como espectador, eso es lo que me encanta: pasar miedo y reírme a la vez.

¿Tuviste que compaginar el rodaje de ‘Silencio’ con el de ‘Aída y vuelta’?

No, hubiera sido imposible, pero sí tuve que compaginar la post producción de Silencio con el rodaje de Aída. Ha sido un año muy loco, no lo voy a olvidar nunca porque ha sido muy intenso, con muchos proyectos. He hecho mi primera serie, el reencuentro de toda mi familia de Aída, he rodado como actor La Nena con Paco Cabezas en Atresplayer, he rodado otra cosa secretar de la que no puedo hablar y he hecho televisión. Compaginarlo todo ha sido muy complicado, llego a fin de año arrastrándome. Pero bueno, esto es lo que tiene el capitalismo, que no sabemos si trabajamos por placer o por rutina.

Estoy feliz, deseando que se estrene Aída para poder promocionarla tranquilamente y no tener miedo a que se mezclen promociones. Lo que sí puedo asegurar es que es una película divertidísima, pero con un autor muy interesante detrás. Paco León le ha dado un giro increíble, la gente va a flipar.

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