El cuadro «Cristo en la cruz» del célebre pintor de Amberes Pierre Paul Rubens (1577-1640), desaparecido desde 1613 y hallado recientemente, se ha adjudicado este domingo por casi tres millones de euros, gastos incluidos, en una subasta en Versalles (cerca de París).

El lienzo, estimado entre uno y dos millones de euros, había sido encontrado en septiembre de 2024 por un subastador durante el inventario y la venta de un hotel particular del VI distrito de París. Fue adjudicado por la suma exacta de 2,94 millones de euros.

El descubrimiento de una obra desaparecida de este tipo es un acontecimiento «rarísimo», según Jean-Pierre Osenat, el subastador. El cuadro representa a Cristo crucificado, aislado, luminoso, destacándose sobre un cielo oscuro y amenazante. Marca «el inicio mismo de la pintura barroca«, según su descubridor.

Este lienzo «es una verdadera profesión de fe y un tema predilecto para Rubens, protestante convertido al catolicismo«, explicó Osenat en septiembre.

Rubens representó en al menos otras tres ocasiones a Cristo muerto en la cruz, cuyo ejemplar más célebre se encuentra en la Pinacoteca Antigua de Múnich.

El cuadro puesto a la venta fue «pintado por Rubens en el apogeo de su talento y autenticado por el profesor Nils Büttner», especialista en arte alemán, flamenco y holandés de los siglos XV y XVI y presidente del Rubenianum, un organismo situado en Amberes cerca de la antigua casa-taller de Rubens y encargado del estudio de su obra, según Osenat.

Su rastro fue reconstruido a partir de un grabado y fue autenticado tras una larga investigación gracias a fotografías de alta resolución, análisis de pigmentos, imágenes técnicas y un examen microscópico.

Si bien el pintor realizó numerosas obras para la Iglesia, este cuadro, de unas dimensiones de 105,5 por 72,5 centímetros, probablemente estaba destinado a un coleccionista privado.

Fue adquirido por el pintor académico del siglo XIX William Bouguereau (1825-1905) o por su hija Henriette Vincens-Bouguereau (1857-1913). Ambos «pudieron ser conscientes» de la importancia de una obra así, pero «no compartieron ese conocimiento. La pintura permaneció en el hotel particular-taller de William Bouguereau en el VI distrito de París y siempre quedó en la familia, que decidió venderla recientemente», explica el dossier de prensa.