El Huevo de Invierno creado por el joyero ruso Peter Carl Fabergé en 1913, por encargo del zar Nicolás II de Rusia, ha sido vendido en una subasta en Londres por 26 millones de euros (22,89 millones de libras esterlinas).

La exquisita joya creada para la dinastía de los Romanov por el joyero fue una petición del último zar de Rusia derrocado en 1918 como un regalo para su madre Dagmar de Dinamarca y este martes encontró nuevo propietario tras ser subastado en la llamada ‘semana clásica’ de la casa Christie’s.

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El huevo de cristal de roca, finamente tallado, presenta un delicado grabado interior con diseño de escarcha, mientras que el exterior presenta motivos de copos de nieve de platino con diamantes de talla rosa engastados. Además, está decorado con dos bordes verticales de platino con diamantes engastados que ocultan una bisagra lateral. Está rematado por una piedra lunar fechada en 1913. El huevo se abre para revelar la «sorpresa» suspendida de un gancho de platino: una cesta también de platino con dos asas y enrejado. El huevo mide 14,2 cm de alto; la «sorpresa» mide 8,2 cm de alto.

Viaje por los vaivenes políticos del siglo XX

Encargado por el zar Nicolás II en 1913 como obsequio de Pascua para su madre, la emperatriz viuda María Feodorovna, el Huevo de Invierno de Fabergé inició un recorrido histórico que refleja los vaivenes políticos y económicos del siglo XX. La pieza, valorada entonces en 24.600 rublos, permaneció en la colección personal de la emperatriz en el Palacio Anichkov de San Petersburgo hasta 1917, cuando el Gobierno Provisional ordenó trasladarla a la Armería del Kremlin para su resguardo.

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En 1922, la obra fue transferida a Gokhran, la agencia soviética de tesoros estatales. Entre 1929 y 1933, la Unión Soviética lo vendió por 450 libras a la firma londinense Wartski, y en 1934 fue adquirido por Napier Sturt por 1.500 libras. Posteriormente, perteneció a Sir Bernard Eckstein, y tras su subasta en Sotheby’s en 1949, ingresó en la colección de Arthur Bryan Ledbrook. Finalmente, en noviembre de 1994, un fideicomiso lo vendió en Christie’s Ginebra por 7.263.500 francos suizos, estableciendo un récord mundial para una pieza de este joyero ruso.

Ese se superaría años después. En abril de 2002, el célebre Huevo de Invierno volvió a subastarse, esta vez en Christie’s Nueva York, donde alcanzó los casi diez millones dólares, estableciendo un nuevo récord histórico para una obra de Fabergé una vez más. De récord en récord, vaya.