nos encontramos a algo más de dos semanas de que el cometa 3I/ATLAS alcance su punto más cercano con la Tierra. Está previsto que el tercer objeto interestelar detectado se sitúe a 270 millones de kilómetros de nuestro planeta el próximo 19 de diciembre, siendo uno de los momentos más esperadas para su estudio por parte de la comunidad científica.

Dicha fecha continúa rodeada de una gran incertidumbre. Desde que el cometa superara su perihelio –punto más cercano al Sol– a finales de octubre, toda clase de teorías se han suscitado. Extrañas señales, posibles fragmentaciones y hasta aceleraciones no gravitacionales han rodeado la figura del cometa, convirtiéndose en uno de los cuerpos celestes más intrigantes de los últimos años.

De hecho, un nuevo estudio publicado en arXiv el pasado 24 de noviembre habría detallado nuevos aspectos del planeta. El estudio, realizado por Josep María Trigo, investigador científico del CSIC, revela como 3I/ATLAS habría mostrado señales de actividad criovolcánica.

«Consideraciones cosmogónicas sugieren que este cuerpo podría poseer una resistencia a la tracción relativamente alta y una fracción metálica sustancial. Las similitudes espectrales indican que 3I/ATLAS podría ser un objeto carbonoso primitivo, probablemente enriquecido en metal nativo y que experimentó una alteración acuosa significativa durante su aproximación al Sol, experimentando criovulcanismo, como cabría esperar de un objeto transneptuniano prístino», señala la investigación.

¿Esto que supone? Tal como se puede leer en la investigación, distintos criovolcanes entraron en erupción en la superficie del cometa a medida que este se acercaba al Sol. Esto tiene lugar cuando el material helado y gaseoso erupciona desde el interior del cometa como consecuencia del calentamiento que experimenta al acercarse al Sol. Este proceso, que se asemeja a una erupción volcánica pero en lugar de roca fundida expulsa hielos como agua, dióxido de carbono o amoníaco, genera chorros o géiseres de gases y polvo que forman la cola característica del cometa.

«Objetos interestelares como 3I/ATLAS brindan oportunidades excepcionales para investigar los procesos físicos y químicos en cuerpos menores distantes de nuestro sistema solar, incluyendo objetos transneptunianos y cometas de la Nube de Oort», concluye el estudio.