Algunos afortunados como críticos estadounidenses e integrantes de los distintos gremios que decidirán en la próxima campaña de premios, entre ellos los Oscar, ya han podido ver en proyecciones especiales la tercera y colosal aventura que nos llevará de nuevo a Pandora. Y aunque James Cameron tenga un plan B en el caso de que no recaude la taquilla necesaria para continuar con Avatar 4 y 5, dejarlo todo y dar las explicaciones que hagan falta sobre argumento y personajes en un libro, lo cierto es que ahora mismo se hace impensable creer que Avatar: Fuego y ceniza no vaya a ser otro taquillazo épico.
La primera película de los na’vi sigue siendo la más taquillera de la historia con una recaudación, sin ajustar a la inflación, de 2.923 millones de dólares, y Avatar: El sentido del agua la tercera más taquillera con 2.343 millones. Y eso con una duración que excedía las tres horas, lo mismo que ocurrirá con Fuego y ceniza.
A juzgar por las primeras reseñas que nos llegan, el espectáculo visual está asegurado. No era para menos. Y también emocionante, si no que les pregunten a Trinity Bliss y Jack Champion, dos de las jóvenes estrellas de la saga desde El sentido del agua, ella interpretando a Tuk, la única hija de Jake Sully y Neytiri, y él a Spider, el hijo del Coronel Miles Quaritch adoptado por Jake y Neytiri. Por la fotografía que han publicado en Instagram, además de las odiseas y batallas que nos deparará, con una malvada que podría ser antológica, Varang (Oona Chaplin), esta tercera entrega promete ser también un mar… de lágrimas.
«Nuestras caras después de ver ‘Avatar: Fuego y ceniza’ por primera vez», acompaña en el texto de la imagen el mismo Champion. «No podemos esperar para compartir esta película con el mundo el 19 de diciembre». Y lo más significativo es que ambos acabaron con los ojos llorosos.
Sea porque los dos son buenos actores y hay que hacer promoción o porque realmente provocará que más de un espectador salga con los ojos enrojecidos después de ver la película, tendremos oportunidad de comprobarlo a partir de la fecha que se nos recordaba en el mensaje difundido por los dos intérpretes, el 19 de diciembre, tanto en Estados Unidos como en España.