norovirusMicrografía electrónica de norovirus / ISCIII.

Un estudio internacional con participación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha analizado cómo una nueva variante del virus responsable de un aumento de brotes de gastroenteritis a escala mundial ha logrado adaptarse y expandirse entre la población humana. 

Los resultados de la investigación, que se han publicado en la revista Nature Communications, revelan que el significativo aumento de infecciones observado a escala mundial entre 2023-2025 está causado por una nueva variante del genotipo GII.17 del norovirus, uno de los principales virus causantes de gastroenteritis.

El trabajo está liderado por investigadores de centros de Estados Unidos y Alemania, y cuenta con la participación del grupo de María Dolores Fernández-García, responsable de Gastroenteritis Víricas en el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del ISCIII y parte del Área de Epidemiología y Salud Pública del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER-ISCIII). El Instituto ha estado también implicado en el estudio aportando financiación a través de la Acción Estratégica de Salud Intramural.

El norovirus es uno de los principales agentes causantes de gastroenteritis aguda en personas de todas las edades. Se trata de un virus muy contagioso que puede causar vómitos, diarrea, dolor abdominal y deshidratación, que se propaga a través de alimentos, agua y superficies contaminadas, y a través del contacto cercano con una persona que tiene la infección, principalmente en entornos cerrados y con mucha gente. En la mayoría de casos no requiere tratamiento, pero en ocasiones, sobre todo en menores y personas mayores, puede agravarse y requerir atención médica.

Este trabajo ha analizado el genotipo GII.17 del virus, que históricamente no se incluía entre los diez genotipos predominantes, pero que entre 2013 y 2016 comenzó a expandirse partiendo de distintos países de Asia. En esta expansión asiática surgieron dos nuevas variantes, denominadas C y D.

De izquierda a derecha: María Cabrerizo, Estrella Ruiz de Pedro, Juan Camacho, María Dolores Fernandez-García y Nerea García / ISCIII.

Tras aquel pico de circulación, los casos de gastroenteritis por GII.17 disminuyeron, y el genotipo GII.4 volvió a ser el más frecuente a nivel mundial. Pero entre 2023 y 2025 varios países, especialmente en Europa (incluida España) y América, han registrado un nuevo aumento significativo de infecciones por norovirus GII.17, lo que ha despertado un renovado interés en la comunidad científica.

Con este contexto, el principal objetivo de la investigación era comprender los mecanismos que han permitido la reemergencia, adaptación y expansión del norovirus GII.17 en los últimos años, que ha conducido a una mayor presencia de brotes de gastroenteritis a escala mundial. 

Comprender cómo actúa el virus

Para ello, se han analizado más de 1.400 genomas de este virus, tanto recientes como almacenados en bases de datos internacionales, lo que ha permitido estudiar su evolución genética y fenotípica a escala global, local e incluso dentro del propio huésped humano. Para esta labor se han incluido genomas completos de norovirus GII.17 obtenidos en España gracias a la caracterización molecular de brotes de gastroenteritis víricas coordinada por el Centro Nacional de Microbiología. El equipo del ISCIII ha participado en el análisis e interpretación de estos datos, contribuyendo a integrar la información genómica nacional en el contexto global del estudio.

Los resultados del estudio revelan que este aumento significativo de infecciones entre 2023-2025 está causado por una nueva variante del genotipo GII.17, más emparentada con la antigua variante C. Esta nueva variante presenta un conjunto propio de cambios, que afectan especialmente a la proteína VP1 de la cápsida del virus, que le confieren una identidad genética distinta. 

Además, estas alteraciones reflejan un proceso evolutivo continuo: durante las primeras fases de su expansión en 2023, la nueva variante mostraba una gran diversidad genética, que fue reduciéndose progresivamente hasta 2024, momento en el que el virus parece haber alcanzado una forma adaptada para su transmisión eficiente entre humanos.

El equipo investigador ha comprobado experimentalmente que las mutaciones identificadas en la proteína VP1 de la cápside viral mejoraron la capacidad del virus para unirse a moléculas de azúcares que funcionan como factores de adherencia para facilitar la infección viral. Estos cambios genéticos modificaron, además, las propiedades antigénicas del virus, lo que le permitió escapar al reconocimiento del sistema inmunitario, facilitando el desarrollo de la infección. 

Los resultados muestran que la nueva variante del GII.17 del virus presenta una mayor capacidad y versatilidad de unión celular, en comparación con las variantes anteriores C y D que circularon en Asia. Esta adaptación habría ampliado el rango de personas susceptibles y contribuido a la rápida expansión de la nueva variante en Europa y América. Además, el análisis en personas infectadas de la evolución del virus ha revelado que algunas de las mutaciones adaptativas más importantes ya se estaban seleccionando a nivel intraindividual, antes de extenderse a la población.

Proteína diana para el desarrollo de posibles vacunas

La investigadora del ISCIII María Dolores Fernández-García, del CNM y del CIBER, explicó que, en resumen, «el estudio muestra que la nueva variante del norovirus GII.17 ha seguido un proceso evolutivo dinámico, adaptándose para infectar con mayor eficacia a los seres humanos».  

Según añadió, esta investigación demuestra la importancia de la colaboración internacional y de la vigilancia genómica para entender cómo los virus emergen y se adaptan, algo fundamental para proteger la salud pública: «La historia de la variante GII.17 es un ejemplo de cómo los virus evolucionan para encontrar nuevas oportunidades de infección; sólo entendiendo estos mecanismos podremos anticiparnos y evitar que se conviertan en grandes epidemias». 

Finalmente, también destaca la relevancia de la proteína VP1 en el diseño de las vacunas que actualmente están en desarrollo frente al norovirus: «Conocer cómo pequeñas mutaciones en VP1 afectan la capacidad del virus para unirse a las células y evadir la inmunidad natural puede ayudar a diseñar vacunas más efectivas y a anticiparnos a futuras variantes».

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