Eternity, la nueva película de A24 se beneficia de las solventes interpretaciones de su terceto protagonista compuesto por Elisabeth Olsen, Milles Teller y Callum Turner, así como de las intervenciones puntuales de una Da’Vine Joy Randolph que, como siempre, introduce un toque de pimienta que hace más chispeantes.

La película opta por un mix de géneros en el que salen ganando la fantasía, el romance y la comedia en ese orden, siendo algo desigual en su desarrollo al bascular con cierta indecisión del drama al humor sin que parezca tener muy claro por qué desenlace optar.

Por lo demás es una historia que busca hablar de todo sin tapujos: de intimidad, afecto, sexo, complicidad y expectativas (todo lo que concierne a una relación que aspira a la perpetuidad) sin perder un toque de dulzura que la hace, como poco, especial y poco corriente.

Together forever and never to part

Joan y Larry han compartido una vida juntos: se conocieron después de que ella enviudara tras perder a su marido en Corea y han tenido hijos juntos, conviviendo con sus cosas buenas y malas hasta que Larry se atraganta con un pretzel y muere casi al instante.

Cuando de repente se descubre a sí mismo viajando en un tren al «más allá», no sabe qué pensar ni qué debe hacer. Solo obtiene una respuesta: su CMA, es decir, su Consejera del Más Allá, le dará toda la información que necesita. Por el momento, tiene que quedarse en ese limbo hasta tomar la decisión que marcará su eternidad: dónde quiere que su alma descanse para siempre… y con quién.

Su esposa Joan, enferma de cáncer terminal, aparece frente a él una semana después, justo cuando se disponía a esperarla en el paraíso playero similar al que deseaban visitar en vida.

Lo que no sospecha es que su exmarido Luke lleva esperándola allí 64 años con la tentadora oportunidad de permitirle vivir una experiencia completamente distinta a la que le ha tenido con Larry. Joan todavía siente una enorme atracción hacia él y una gran curiosidad por la posibilidad de reencontrarse con el que fue su primer gran amor, así que no le resultará nada fácil decidir qué hacer al ser obligada a tomar una decisión en firme.

Eternity formaba parte de la «lista negra» de las mejores películas no producidas de 2022. De ahí fue rescatado el proyecto en el que Elisabeth Olsen y Milles Teller no solo participan como protagonistas sino también como productores ejecutivos.

Como decíamos, es una película agradable que no suele optar por salidas de tono políticamente incorrectas. Muchos aspectos de la película han sido creados en base a su propia mitología sin tener en cuenta los avances tecnológicos, lo que le da un aire muy retro aunque también cierta calidad de atemporal.

Así, las almas viajan en trenes a centros de encuentro con los CMA y el aspecto que presentan se corresponde con el momento más feliz de sus vidas. Viven en habitaciones de hotel de manera transitoria pero tienen que trabajar si no se deciden por un camino para trascender.

Los posibles escenarios en los que quedarse para siempre, se ofrecen en una suerte de exposición en la que se habla de las maravillas de cada cual y donde se ofrecen experiencias gratuitas, etc. Es buena idea darle esta forma a las ideas porque las hace tan inteligibles y físicas como la «tuneloteca» en la que se almacenan los recuerdos, recreados de manera teatral sobre fondos pintados.

También es cierto que hay muchas decisiones que no parecen estar bien justificadas o ser un poco peregrinas: ¿cómo es posible que el más allá sea más limitado que la realidad? ¿Por qué hay puertas rojas si está prohibido atravesarlas? ¿Cómo funciona eso de «dar de baja» un mundo si sigue su curso? La mayoría de ellas no obtienen respuesta y dejan la sensación de premeditada ambigüedad, algo similar a lo que nos hizo sentir hace poco Un gran viaje atrevido y maravilloso. La película se vale de una fórmula original para crear estudios de personajes.

Sin ser perfecta, Eternity es una película con encanto que deja poso y abre debates. ¿Tomaríamos las mismas decisiones enfrentados a esos dilemas? Pero, sobre todo, ¿estamos preparados para el más allá?

Valoración

Nota 70

Simpática y reflexiva, Eterniy crea su propia mitología del «Más allá» con la idea de hacernos pasar un buen rato mientras nosotros mismos nos planteamos nuestras expectativas a futuro. No es descacharrante, pero cuenta con puntos que te sacan la sonrisa y deja buen sabor de boca. 

Lo mejor

Las interpretaciones, el diseño de producción y los laberintos en los que se meten los protagonistas. 

Lo peor

El desenlace es la parte menos imaginativa; una resolución predecible y funcional que se pliega a las decisiones menos arriesgadas.