Pasan las nueve menos diez de la mañana cuando el Alvia 00190 con destino Badajoz aparece por el andén número cuatro de la Estación de Cercanías de Atocha y se pone unos minutos después en marcha. Lo hace ahí y no en la de Puerta de Atocha porque en 2025 sigue sin haber un tren de alta velocidad que conecte Madrid con Extremadura.

El trayecto hasta Badajoz dura unas cuatro horas y media. Si no hay retrasos mediante. Sin alta velocidad que conecte Extremadura con el resto de España, los extremeños llevan años demandando un tren que no sea de otro siglo. El próximo 21 de diciembre los extremeños se juegan su futuro en las urnas en unos comicios marcados, entre otros, por el servicio ferroviario. A las puertas de los comicios y coincidiendo con el inicio de la campaña electoral, un equipo de RTVE Noticias coge un tren con destino a Badajoz.

Al poco de iniciar la marcha, el ferrocarril hace la primera de sus diez paradas en Leganés. Apresurada con un carrito de bebé, cargada y con otra niña pequeña al lado, Nuria, una cacereña, se sube. Se va con sus dos hijos hasta Cáceres, ahí le esperan para recogerla en coche e ir hasta Don Benito.

«Es un servicio antiguo e inadaptado a las necesidades de los tiempos», se queja Nuria mientras sostiene a su hijo pequeño en brazos. «Me parece una irresponsabilidad que no haya AVE a Madrid en 2025, tampoco va acorde con los discursos imperantes de que tenemos que empezar a reequilibrar el entorno. Si no favorecemos la movilidad y el transporte, que son fundamentales, nunca va a haber equilibrio», añade.

Tres frecuencias diarias en Alvia

En la actualidad, tres Alvia hacen el recorrido cada día y un cuarto de Media Distancia lo hace hasta Mérida. Hasta 2024 no se sustituyeron los Intercity por los Alvia. Ahora tienen cafetería y son algo más modernos, aunque no dejan de estar desgastados de haber estado recorriendo las vías férreas de otros puntos de España.

«Es verdad que con el cambio ha habido una ligera mejoría, pero insuficiente todavía. Hay que favorecer los derechos de todos los ciudadanos estén donde estén y eso por tener un transporte en condiciones, porque si no, sigue habiendo ciudadanos que están en lugares privilegiados y otros que no, eso no se puede permitir en el momento actual», incide esta pasajera.

Hasta 2023, ninguno de los más de 700 kilómetros de vía en Extremadura estaban electrificados. Desde hace dos años, el tramo Plasencia-Cáceres-Badajoz tiene electricidad. Por poner en contexto, la primera línea electrificada en España es del año 1912.

Esa falta de electrificación, el estado de los trenes y el trayecto, que en su mayoría se hace en vía única, provoca que a veces se vean imágenes de pasajeros tirados en medio de la vía.

La vía única, un problema a la hora de las averías

Mientras el tren sigue su recorrido, con el traqueteo habitual de una vía antigua y desgastada, el Alvia avanza a unos 150 kilómetros por hora, lejos de los 300 que puede alcanzar un AVE. El tren no va lleno, ni mucho menos, apenas llega al 50% de plazas ocupadas. Pachi, el interventor, se encarga de que todo esté en orden y controla los billetes de los pasajeros.

«El problema de la línea es básicamente que, cuando un tren sale mal de origen, al estar en vía única se produce el mismo retraso en el resto de los que están en la vía», explica a las puertas de la cafetería. «Además, como en esta línea las estaciones están muy lejos unas de otras y, al ser vía única, no tenemos nosotros un tren que nos pueda socorrer al lado en caso de avería», añade. Eso provoca que cuando hay algún fallo los pasajeros tengan que ir directamente al campo. «Gracias a Dios no ocurre en muchas ocasiones», dice Pachi.

Este interventor reconoce que «el servicio tiene sus carencias», pero que poco a poco se está invirtiendo más y mejorando, aunque hay mucho recorrido hasta poner el servicio a la altura de otras zonas. «No es una región de las que más se ha mirado históricamente, estamos un poco alejados bajo mi punto de vista en cuanto a las infraestructuras», analiza el trabajador de RENFE. «Poco a poco se está invirtiendo, pero los trenes son los que son. No podemos pedir mucho más», lamenta.

En el transcurso del recorrido hasta la localidad pacense se ven avances de lo que un día será, se supone, una línea de alta velocidad. En su día, las primeras promesas electorales apuntaban a 2010 como fecha de apertura de la línea. Ahora, la fecha prevista es dos décadas después, en 2030. Más habrá que esperar para que se complete la línea hasta Lisboa, proyectada para 2034.

Al dejar atrás Castilla-La Mancha y nada más entrar en Extremadura, el viajero puede ver cómo las obras transcurren en paralelo a la vía. En Navalmoral de la Mata, primera parada en tierras extremeñas, incluso la estación está actualmente sobre unos andamios provisionales. «Desde Badajoz se ven avances hasta llegar a Oropesa de Toledo, que ya es Castilla-La Mancha. Desde ahí a Madrid no hay nada hecho», contextualiza Pachi mientras el convoy pasa por dehesas y paisajes de ensueño con ganado pastando en el cerca del parque de Monfragüe.

El tren va poco a poco cumpliendo con el horario, un par de minutos arriba o abajo sobre lo previsto. Pepa va mirando el móvil sentada en su asiento, viene de ver a su familia en Madrid y vuelve a Badajoz. Ella no cree que una línea de alta velocidad sea tan necesaria. «Yo creo que con unos buenos trenes como este es más que suficiente. Si hay una línea de alta velocidad, pues fantástico. Pero no, el problema no es que no haya trenes de alta velocidad, el problema es que había pocos trenes y llegaban a pocos sitios y caros«, opina mientras el tren se aproxima a Cáceres, cuando ya se sobrepasa el mediodía. Ella es una de las usuarias que coge frecuentemente el tren y que ha comenzado a usarlo más a raíz de la mejora del servicio hace un año.

Misma opinión que Pepa tiene Guillermo, un viajero que se ha subido al llegar a Mérida y que se desplaza una vez por semana a Badajoz. «Siendo sincero, la alta velocidad sería estupenda, pero algunas veces nos es más necesario tener trenes de media distancia, que es lo que vamos a usar más a menudo. Ahora en elecciones, a los políticos les diría que la alta velocidad será la bomba, pero sería estupendo que se acuerden de los trenes de larga, de corta y de media distancia, el que usamos los usuarios casi a diario», pide este extremeño.

«Muchas veces nos es más útil ese medio que el que yo pueda ir un día a Madrid en dos horas, que también viene muy bien. Pero bueno. Y tampoco podemos pretender que la alta velocidad pare en todos los pueblos, porque si no sería alta velocidad», reconoce entre risas mientras el viaje se acerca a su fin.

2030, la fecha en la que se supone llegará, por fin, el AVE Madrid-Badajoz

Según datos del ministerio de Transportes, cerca del 90% de los servicios llegan puntuales al destino. Las asociaciones, conscientes de las limitaciones del servicio, piden a los políticos concreciones y mejoras. Y más ahora en campaña electoral.

«El problema del tren en Extremadura no es tanto cuestión del servicio, que naturalmente hace lo que se puede con las infraestructuras que hay, sino que hay infraestructuras que llevan más de 20 años comprometidas de que se van a hacer con el pretexto de la alta velocidad y se ha descuidado la convencional. Eso provoca décadas de retraso frente al resto del país», denuncia el coordinador de la Plataforma Sudoeste Ibérico en Red, Antonio García Salas, que ha esperado al tren en su llegada a Badajoz.

Un tren que, aunque con un ligero retraso de unos cinco minutos, ha llegado casi en hora a su destino final: Badajoz y el inicio de la campaña electoral de Extremadura 2025.