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A estas alturas, nadie duda de que el objeto interestelar 3l/ATLAS se ha convertido en algo fascinante tanto para la comunidad científica global como para el público general. Pues bien, a su halo de misterio se suma ahora una misteriosa señal periódica en su luminosidad, la cual ha sido descrita como un latido cósmico por astrofísicos como Avi Loeb. Este patrón de luz, que ha sido documentado en un estudio publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, se repite con una asombrosa precisión cada 16,16 horas.
El descubrimiento se ha producido poco antes de que el cometa alcance su punto de máxima aproximación a la Tierra, lo que sucederá el próximo 19 de diciembre. Ese día, se espera que pase a solo 273 millones de kilómetros de nuestro planeta, lo que brindará una excelente oportunidad de verlo y analizarlo de forma más detallada.
Aunque el cometa 3l/ATLAS tiene origen interestelar, es decir, que procede de más allá de nuestro sistema solar, sus características lo asemejan a otros cometas débilmente activos que sí habitan las regiones exteriores de nuestro sistema planetario. Esto ha llevado a los investigadores a plantear una hipótesis en torno a su pulso repetitivo de luz que descarta cualquier interpretación extravagante.
La clave está en el núcleo
En concreto, los autores del estudio sugieren que el latido se debe a la rotación del núcleo del planeta. Avi Loeb, astrónomo de Harvard, ha colaborado con ellos y ha mostrado sus conclusiones en un artículo de blog. Al parecer, 3l/ATLAS alberga una bolsa de hielo en la superficie de su núcleo, la cual se expone de forma cíclica a la radiación solar por el citado giro constante.
De este modo, cuando el núcleo encara al Sol, el hielo se sublima y provoca la expulsión de un chorro de material. Este chorro de gas y polvo inunda de forma intermitente la coma, que es la envoltura gaseosa que envuelve al núcleo, y da lugar a un aumento temporal de la luminosidad del objeto cada 16,16 horas, que es el período de rotación del cometa sobre sí mismo. Otro misterio resuelto en torno al cuerpo celeste más enigmático de los últimos años.
La trayectoria de los chorros
Por otro lado, aunque las fotografías difundidas por la NASA y todas las observaciones realizadas permiten determinar que el 3l/Atlas es un cometa natural, el polémico Avi Loeb insiste en que es necesario seguir estudiando el origen de estas eyecciones. Especialmente, analizando la trayectoria de los chorros emitidos. En el hipotético y prácticamente descartado caso de que se tratase de un objeto de naturaleza tecnológica, sus direcciones podrían no orientarse hacia el Sol, sino guiarse por la aleatoriedad o por otros criterios desconocidos.
En cualquier caso, toda la información que se pueda obtener acerca del 3l/ATLAS, especialmente cuando se produzca su máxima aproximación a la Tierra, será valiosa. Al fin y al cabo, podría ayudarnos a comprender la evolución de los objetos interestelares y de sus materiales más allá de las fronteras de nuestro propio sistema solar.